La mantequilla es uno de los ingredientes que se utilizan con más frecuencia en las recetas de repostería. Esto no es casualidad. Este derivado de la leche tiene múltiples propiedades que lo convierten en un imprescindible, aunque siempre podemos utilizar algunos trucos para mejorar su rendimiento.
¿Para qué usamos la mantequilla en repostería?
La mantequilla aporta sabor y cremosidad a cualquier receta. Además, cuando preparamos masas horneadas la mantequilla ayuda a aumentar su volumen, ya que la materia grasa captura el aire en pequeñas burbujas durante la cocción. En estos casos también funciona como estabilizante, evitando que las masas se hundan. Por si esto fuese poco, mantiene la humedad, ayudando a que bizcochos y bollos estén tiernos durante más tiempo.
Postres con mantequilla más fáciles y rápidos
Al ser un ingrediente tan común, también es frecuente que cometamos algunos errores a la hora de preparar las recetas que pueden arruinar el resultado final o complicar el proceso de elaboración. Por eso, te traemos unos sencillos trucos que te ayudarán a conseguir unos postres espectaculares y, además, ahorrar tiempo y recursos. ¡Toma nota!
Atemperar la mantequilla
Muchas recetas requieren que la mantequilla esté a temperatura ambiente o pomada para que se mezcle mejor con los demás ingredientes. Lo mejor es sacarla de la nevera aproximadamente una hora antes de empezar a preparar la receta. Si no tienes tiempo, prueba a rallarla o a cortarla en pequeños taquitos para que se atempere más rápido.
Si tienes mucha prisa también puedes calentarla durante unos segundos en el microondas a baja potencia sin que se derrita. Cuando la mantequilla se derrite cambian sus propiedades, por lo que no se mezclará de la misma forma con los demás ingredientes. Si la receta requiere que la mantequilla esté derretida, asegúrate de que nunca supere los 100 ºC, ya que entre los 110 y 130 ºC se descompone produciendo sustancias nada ricas.
Engrasar moldes fácilmente
Utiliza los restos de mantequilla que quedan en el envoltorio para engrasar el molde. De esta forma, no solo evitarás ensuciarte las manos o un utensilio de cocina, sino que también conseguirás aprovechar totalmente la mantequilla que se queda en el papel que la envuelve.
Si la receta que vamos a preparar lleva mantequilla fundida podemos fundirla en el molde que utilizaremos para la receta. De esta forma, evitamos desperdiciar producto, manchamos menos y ahorramos electricidad aprovechando el precalentado del horno. Solo tienes que vigilar que no se queme y, una vez fundida, verterla en el recipiente en el que la mezclarás con los demás ingredientes.
Acabados dorados
El secreto del color dorado de muchos bollos, roscones, bizcochos y pasteles está en la mantequilla. Si quieres conseguir un bonito color dorado y brillante utiliza mantequilla especial para repostería tanto para elaborar las masas como para pintarlas por encima. Este tipo de mantequilla ayuda a conseguir masas tiernas y muy aromáticas; y, si pintas la superficie con un poco de mantequilla derretida, podrás potenciar su tono tostado y hacerlos más apetecibles. Además, esta capa de mantequilla protege la masa, manteniendo el interior tierno durante mucho más tiempo.
Ahora que ya conoces los mejores trucos podrás preparar tus postres con mantequilla de forma mucho más rápida y eficiente y, además, conseguir unos resultados con un sabor incomparable. ¡Manos a la obra!
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