Una tarta de chocolate con un rojo oscuro brillante, cubierta de mantequilla y una textura húmeda muy esponjosa. Si has probado la tarta Red Velvet, sabes de lo que te estamos hablando. Si no lo has hecho, no esperes más.
Te traemos la receta de este postre norteamericano. Una tarta suave, con textura delicada y un frosting de queso crema muy característico.
¿Quieres asegurarte el éxito en la ronda de postres? Pues vete preparando los ingredientes y anotando los pasos. ¡Empezamos!
Para el bizcocho:
Para el frosting:
Vamos a preparar el buttermilk. Para ello, vertemos la leche entera en un bol y añadimos el zumo de limón. Dejamos reposar durante 30 minutos. La leche se volverá más espesa y parecerá que se ha cortado.
Mientras tanto, tamizamos la harina con el cacao y ½ cucharadita de sal. Reservamos.
En otro bol, añadimos el buttermilk y el colorante rojo en gel. Mezclamos hasta conseguir una masa homogénea.
Por otro lado, batimos la mantequilla junto al azúcar y el extracto de vainilla. Cuando hayamos conseguido una crema clara y espumosa, añadimos los huevos y batimos durante 5 minutos.
A esta última masa, añadimos la masa de harina y cacao realizada previamente. Mezclamos bien sin batir en exceso.
En un cuenco pequeño, mezclamos el vinagre y el bicarbonato de sodio. Volcamos sobre la masa y mezclamos.
Precalentamos el horno a 180º C.
Dividimos la masa, repartiéndola en tres moldes previamente engrasados. Si no tienes tres moldes, hornea en tres tandas.
Horneamos a 180º C durante aproximadamente 20 minutos.
Transcurrido este tiempo, comprueba que tu tarta Red Velvet esté hecha y sácala del horno.
Para el frosting, batimos la mantequilla junto al queso durante 2 minutos.
Una vez hayamos conseguido una masa homogénea y esponjosa, incorporamos el azúcar junto al extracto de vainilla. Batimos durante 5 minutos.
Para terminar, montaremos nuestra Red Velvet. Para ello, ponemos como base una de las masas del bizcocho y vertemos sobre ella el frosting. Repetimos el proceso hasta haber montado las tres capas del bizcocho con el frosting de por medio. Para finalizar, vertemos el frosting sobre la superficie del bizcocho. ¡A disfrutar!
El éxito de esta receta se debe a uno de sus ingredientes estrella, la Mantequilla Dorada Especial para Repostería. Un producto elaborado siguiendo la receta tradicional con ingredientes 100% naturales, sin aditivos artificiales: mantequilla y colorante natural para darle un acabado dorado perfecto en todas tus recetas. Porque de la mejor leche Central Lechera Asturiana, procedente de ganaderías familiares sostenibles de Asturias, sólo podemos obtener la mantequilla más auténtica, natural y nutritiva, un imprescindible en tu cocina. ¡Notarás la diferencia!
Si dispones de un molde lo suficientemente alto, puedes evitar hornear en tres tandas. Para ello, vierte la masa en su totalidad y después córtalo en tres capas.
El buttermilk puedes hacerlo casero, como te indicamos al comienzo, o comprarlo directamente.