La lubina o robalo es un pescado blanco que toma su nombre de la misma raíz latina que el lobo. ¿Sabes por qué? Porque es el lobo del mar, de apetito voraz y comportamiento depredador. Le gusta alimentarse de moluscos, peces pequeños y erizos, por lo que tiene un sabor delicado. Es un pescado noble que admite muchas preparaciones, clásicas y no tanto, como esta que te presentamos a continuación.
La lubina rellena es muy sencilla de preparar y tiene un fantástico resultado. El sabor a mar de las gambas y el de tierra de las setas combina a la perfección con el sabor del pescado, sin ahogar su sabor. Si quieres, puedes incluso sustituir las espinacas por unas algas y le darás un aire todavía más marinero a tu plato, de fantásticas cualidades nutricionales. ¡Cuídate y disfruta con esta receta! Repetirás seguro.
Empezamos la receta pelando, lavando, cortando en dados cuadrados y cociendo las patatas en un cazo con agua y sal.
Cuando el agua hierva, contaremos 10 minutos para empezar a probar si están cocidas.
Una vez lo estén, las escurrimos y reservamos.
Mientras estamos preparando las patatas, comenzamos con el relleno. Lo primero será picar la cebolleta y ponerla a pochar en una sartén con un chorrito de aceite.
Cuando empiece a tomar color, añadimos las gambas y las rehogamos un poco.
A continuación, repetimos este mismo proceso con las espinacas, las setas y el calabacín.
Una vez juntas todas las verduras, salpimentamos y dejamos que se cueza todo bien antes de retirar del fuego.
Seguidamente, abrimos y separamos los lomos de las lubinas en cuatro piezas.
Salpimentamos al gusto y con la parte blanca hacia arriba, distribuimos el relleno sobre los cuatro lomos.
Después, envolvemos los filetes de lubina y los atamos con una ramita de perejil para que se mantengan cerrados.
Colocamos los filetes sobre una fuente apta para horno con un chorrito de aceite y los rociamos con cava.
Metemos la bandeja en el horno previamente precalentado a 200ºC durante unos 15-20 minutos.
Reservamos la salsa que quede una vez asado el pescado.
Mientras la lubina está en el horno, picamos otra cebolleta y la ponemos a dorar en una sartén con un chorrito de aceite.
Cuando esté transparente, añadimos las patatas cocidas para saltearlas ligeramente.
¡Hora de sacar las lubinas del horno!
Vertemos el jugo sobre las patatas y dejamos rehogar unos minutos antes de emplatar el pescado con la guarnición.
¡Ya está todo listo! Servimos todo junto y, ¡a disfrutar de un plato completo y muy sabroso!
La lubina rellena es un plato apto para toda la familia, ya que el cava pierde su graduación alcohólica al hervir dentro del horno. Puedes sustituirlo por vino blanco o incluso por un caldo de verduras o de pescado.
Puedes cortar las patatas de tu forma favorita. Otra gran idea es en rodajas de dos dedos de ancho. ¡Quedan genial!
¿Sabes por qué atamos la lubina? Es la mejor opción cuando el pescado está crudo para no dañar los filetes, que son muy tiernos.
Si no dispones de gambas frescas, puedes utilizarlas congeladas. Solo hace falta descongelarlas previamente para usar la cantidad necesaria.