La lubina es un pescado blanco muy sabroso que permite casi cualquier preparación y siempre da buen resultado. En esta receta te proponemos una lubina con salsa de limón deliciosa y muy fácil de preparar. El resultado es un plato muy aparente y sabroso, con el pescado napado en una salsa que contrasta muy bien con el suave sabor de la lubina y a la vez, lo potencia.
Si te gustan los platos de pescado y quieres una receta un poco diferente, esta lubina en salsa de limón te sorprenderá porque con solo un par de limones disfrutarás de una receta apropiada casi para cualquier ocasión.
Es muy importante incluir platos de pescado en nuestros menús semanales porque además de su alto contenido en ácidos grasos Omega 3 y Omega 6, aportan proteínas de alto valor biológico y muy pocas calorías. ¡Y además está buenísimo! No te entretenemos más, sigue los pasos y descubre la lubina en salsa de limón. ¡Mmmm!
Empezaremos por asar las lubinas al horno. Para ellos podemos pedir que nos las abran a la mitad o dejarlas enteras. Hazlo como te sientas más cómodo porque el tiempo de cocinado no variará.
Coloca tus lubinas sobre una fuente apta para el horno, mejor si es de cristal, tipo pyrex. Si te decides por ellas abiertas, colóca la parte de la piel hacia abajo. Sálalas al gusto y rocíalas con un fino chorrito de Aceite de Oliva Virgen Extra.
Precalienta el horno durante 5 minutos a 200º C y, a continuación, introduce la fuente y deja asar a 180ºC entre 7 y 10 minutos.
Mientras prepararemos la salsa. Para ello lavaremos bien el limón y lo rallamos sobre un bol con cuidado de no llegar a la parte blanca, ya que amargaría el resultado final.
Exprimimos el zumo de limón y lo añadimos a mismo bol donde tenemos el limón rallado. Agregamos ahora el vino blanco y salpimentamos la salsa. Quizás sea la hora de sacar el pescado del horno, si ya se ha dorado ligeramente por encima.
Reservamos la salsa y ponemos un cazo al fuego para derretir la Mantequilla Tradicional Central Lechera Asturiana a fuego suave. Cuando esté derretida vertemos la harina de maíz con ayuda de un colador para tamizarla bien y evitar los grumos.
Removemos bien la harina con la mantequilla con ayuda de unas varillas y cuando estén bien integradas, vamos agregando poco a poco el preparado de limón.
Dejamos que la salsa se espese sin dejar de remover con las varillas y si es necesario, añadimos un poco de agua, siempre poco a poco para que no se formen grumos.
Una vez preparada la salsa, añadimos un poco de perejil picado y retiramos el cazo del fuego. ¡Ya sólo nos queda emplatar!
Colocamos las lubinas en una fuente o en el plato del comensal. Si no disponemos de un utensilio que nos permita trasladarla entera, es fácil que se rompa, así que podemos partirla en la fuente del horno y disponerla en el plato en trozos.
Regamos cada lubina o cada trozo con la salsa y le damos la vuelta con cuidado para repetir el proceso y que el pescado quede bien napado con la salsa. ¡Listo, todo el mundo a la mesa!