Bajo
4-6 
110 min
Cierra los ojos e imagina un postre que gusta a todos, fácil de preparar y con un resultado sorprendente. ¡Sí, un bizcocho de calabaza puede ser la respuesta correcta!
Si buscas no complicarte demasiado, estás en el lugar correcto. Un postre sencillo, pero con el que conquistarás a todo el que se te ponga por delante. Perfecto para cualquier hora del día, se convertirá en tu aliado perfecto a la hora del desayuno, el postre o la merienda.
Prepara un té o café y vete tomando nota. ¿Ya puedes oler sus matices y sentir su tacto esponjoso? ¡No durará mucho!
Pelamos la calabaza y quitamos todas las semillas. La cortamos en trozos y hervimos durante unos 10 minutos.
Una vez que la calabaza esté tierna, la pasamos a un bol y trituramos ayudándonos de un tenedor o pasapurés.
Dejamos reposar el puré de calabaza en un colador durante aproximadamente 1 hora. Esto ayudará a eliminar el exceso de agua.
Precalentamos el horno a 175ºC.
Tamizamos la harina en un bol e introducimos la levadura y la sal.
Incorporamos el azúcar, el puré de calabaza, los huevos, la mantequilla previamente derretida, la canela y la nuez moscada. Mezclamos con unas varillas hasta obtener una masa homogénea.
Una vez tengamos la masa, la introducimos en el molde. Es aconsejable engrasarlo previamente con mantequilla para evitar que el bizcocho se pegue.
Horneamos a media altura durante 45 minutos. Para evitar que se queme por arriba, podemos cubrir el bizcocho con papel de hornear durante los primeros 30 minutos.
Cuando esté listo, sácalo del horno y déjalo reposar unos 10 minutos.
¡A disfrutar!
El éxito de esta receta se debe a uno de sus ingredientes estrella, la Mantequilla Dorada Especial para Repostería. Un producto elaborado siguiendo la receta tradicional con ingredientes 100% naturales, sin aditivos artificiales: mantequilla y colorante natural para darle un acabado dorado perfecto en todas tus recetas. Porque de la mejor leche Central Lechera Asturiana, procedente de ganaderías familiares sostenibles de Asturias, sólo podemos obtener la mantequilla más auténtica, natural y nutritiva, un imprescindible en tu cocina. ¡Notarás la diferencia!
Si no tienes un molde desmontable, no te preocupes. Te aconsejamos que engrases previamente el molde y, sobre él, coloques el papel de hornear. Así, cuando el bizcocho esté listo, podrás separar las paredes con un cuchillo, darle la vuelta y retirar el papel de hornear.
Si lo deseas, puedes decorar tu bizcocho. Nosotros te recomendamos que lo hagas con azúcar glass. Para ello, espolvorea el azúcar por encima del bizcocho ayudándote de un colador.
