Si eres de esas personas preocupadas por seguir la recomendación de llevar una alimentación sana y natural, es posible que hayas oído o leído numerosas opiniones a favor y en contra de los aditivos alimentarios. Están presentes en buena parte de los alimentos envasados o procesados.
Los aditivos alimentarios son sustancias que como su propio nombre indica son añadidos por la industria a los alimentos durante su proceso de elaboración con el único objetivo de alargar su conservación, mejorar su sabor, su color o textura. Pueden aparecer con el código (E-407, por ejemplo) que los identifica o con su nombre (carragenato).
La ley obliga a la industria a informar de su uso para dar al consumidor la oportunidad de identificar los alimentos con aditivos alimentarios de los que sólo tienen ingredientes naturales. En Central Lechera Asturiana somos defensores de estos últimos y por eso sólo elaboramos productos 100% naturales, sin E-s artificiales.
¿Qué se considera aditivo alimentario?
Como ya explicamos, los aditivos son sustancias de origen animal, vegetal o químico que preservan la vida de los alimentos o le dan un aspecto más atractivo. Existe un código internacional para facilitar su identificación y el etiquetado de los alimentos, compuesto de una letra y una serie de números. Cuando ese aditivo está autorizado por la UE, esa sustancia está identificada con un número E-.
Los números que acompañan la letra E- ofrecen datos sobre la familia o el tipo de aditivo alimentario del que se trata. La cifra de la centena, por ejemplo, alude a la función del aditivo dentro de cuatro grandes grupos: colorantes (E-100), conservadores (E-200), antioxidantes (E-300) o estabilizantes (E-322-E-400). Hay además otros grupos que regulan la acidez, o son encargados de potenciar el sabor o edulcorar.
La Unión Europea reconoce hasta 27 clases funcionales distintas de aditivos y miles de ellos autorizados en el reglamento CE 1333/2008. El organismo encargado de analizar y autorizar cada aditivo y en qué proporción puede añadirse es la Agencia Europea de Salud Alimentaria o EFSA, por sus siglas en inglés. Para ello, el producto debe haber sido evaluado toxicológicamente y sometido a ensayos que demuestren su inocuida y no puede representar ningún peligro para la salud del consumidor en las dosis propuestas.
Es precisamente por esto que la lista es constantemente modificada para añadir nuevas sustancias, pero también para eliminar alguna de ellas (o reducir la cantidad máxima permitida) si se demuestra que no son tan inocuas como parecían.
Tipos de aditivos alimentarios
Te explicamos a continuación en qué consisten esos grandes grupos de aditivos alimentarios agrupados en los números E-s:
- Colorantes: La lista va desde el E-100 hasta el E-180. Uno de los más empleados por la industria alimentaria es el E-120, ácido carmínico o carmín, que aporta un color rojo y se extrae de la cochinillla u otros insectos. Se usa en los productos con sabor a fresa, como yogures o batidos.
- Conservadores: Estos aditivos alimentarios tienen como función evitar artificialmente el deterioro de los alimentos causado por aire, mohos, bacterias o levaduras. Están destinados además a proteger los productos de contaminación por enfermedades de origen alimentario, como el botulismo. Van del E-200 al E-290. El panel de científicos de la EFSA recomendó en 2015 revisar las cantidades recomendadas para los que van del E-200 al E-203 que se habían establecido en 1996. Estos conservadores están muy presentes en la industria alimentaria.
- Antioxidantes: Esta categoría está integrada por los aditivos E-s comprendidos entre el 300 y el 321. Su función es evitar que las grasas se deterioren y se vuelvan rancias como consecuencia de la oxidación, lo que además de su degradación genera olores indeseados. Por eso se emplean en la industria alimentaria, tanto en derivados cárnicos como en conservas o quesos. Uno de los más comunes es el ácido ascórbico (E-300), el antioxidante presente en la vitamina C, aunque lo habitual en la industria es añadir la versión sintética, sin la vitamina.
- Estabilizantes: Ayudan a dar más estabilidad a los diferentes componentes de los productos, algunos de ellos aportan también textura. Están comprendidos entre el E-322 y el E-483. Son los aditivos alimentarios que están más presentes en la industria alimentaria, entre éstos están las celulosas (E-460).
Como ya te explicamos, la legislación europea obliga a la industria a incluir los aditivos alimentarios en las etiquetas de los alimentos que los incorporan, aunque en muchos casos encontrar o leer esa etiqueta no sea tarea fácil. Como en Central Lechera Asturiana no tenemos nada que esconder, hemos decidido llevar las etiquetas a la parte frontal de nuestros productos para que compruebes que son 100% naturales y sin E-s artificiales.