En todas las etapas de la vida, la leche y los lácteos son uno de los pilares de nuestra alimentación gracias a sus características nutricionales.
Son fuente esencial de proteínas, grasas, minerales y vitaminas, entre otros nutrientes. Hoy en este post destacamos el papel de las proteínas.
Las proteínas están relacionadas con el crecimiento, y desarrollo de los tejidos y músculos. Contribuyen a aumentar y conservar la masa muscular.
Los lácteos nos aportan proteínas de alto valor biológico. El contenido proteico de los lácteos varía dependiendo del tipo de derivado lácteo que se consuma. La leche contiene entre 3-4% de proteínas, y esta fracción proteica se distribuye entre el 80% de caseínas, y el 20% de proteínas del lactosuero o seroproteínas.
La caseína favorece la absorción del calcio, ya que forma con este mineral complejos solubles y fácilmente absorbibles.
Como hemos dicho anteriormente, se trata de un alimento muy completo y equilibrado, considerado esencial en todas las etapas de la vida, ya que con muy pocas calorías nos aporta una gran cantidad de nutrientes.
A fin de cubrir las necesidades de los lácteos, la FEN (Fundación Española de la Nutrición) recomienda un consumo de 3 raciones diarias.