Existen variedades de almendras dulces o amargas, cuyo sabor varía desde el suave lechoso hasta el amargo intenso. Las almendras dulces, son las que se consumen como fruto seco y comprenden dos variedades, de cáscara blanda y de cáscara dura. En cambio, todas las almendras amargas poseen una cáscara dura.
Valor nutricional Por ración de 30 g (50 g con cáscara)
Valor energético: 174 kcal
Grasas: 15 g Saturadas: 1g Monoinsaturadas: 4g Poliinsaturadas: 4g
Hidratos de carbono: 6 g
Fibra: 4 g
Proteína: 6 g
Agua: 2,6 g
1- Fuente de nutrientes y antioxidantes
Las almendras tienen una composición nutricional más que interesante. Una ración de 30 gramos de almendras nos aporta 174 kcal y una importante cantidad de grasas, principalmente insaturadas, es decir, cardiosaludables. Debido a su contenido graso, su valor calórico es elevado, pero eso no es un problema, ya que los alimentos son mucho más que las calorías que nos aportan, y las almendras, además de nutrientes de gran interés, contienen antioxidantes, por lo que se recomienda su consumo dentro de una dieta equilibrada.
2- Las almendras, grandes aliadas de tu corazón
Diferentes estudios científicos han afirmado que consumir regularmente almendras y nueces mejora la salud cardiovascular. Gracias a su perfil lipídico con predominio de ácidos grasos mono y poliinsaturados, les confiere la capacidad de disminuir el colesterol malo (LDL) y aumentar el bueno (HDL), protegiendo así a las arterias y previniendo el riesgo sufrir enfermedades cardiovasculares.
3- Ricas en fibra
Las almendras contienen fibra soluble e insoluble. Su fibra insoluble favorece el adecuado tránsito intestinal. Por su parte, la fibra soluble puede ayudar a reducir el colesterol LDL (malo) y a controlar los niveles de azúcar en la sangre.
4- Vitamina E, el antioxidante en las almendras.
El importante contenido de vitamina E de las almendras las convierte en un potente antioxidante.
La vitamina E ayuda a proteger a nuestras células del estrés oxidativo, causado por la contaminación, los rayos UV del sol y otros factores ambientales e intrínsecos.
La manera más común de disfrutar de sus beneficios es consumirlas solas, sean crudas o tostadas, como un tentempié; pero también suelen incorporarse a las ensaladas para darles un toque crujiente, y es habitual encontrarlas como ingrediente en recetas de repostería.
Les dan un toque exquisito a ciertos platos de carne, pescado y vegetales.
– Por ejemplo, el cardo en salsa de almendras, una receta tradicional navideña habitual en Navarra, Aragón, Soria o Madrid.
– También van fenomenal, añadidas al tradicional guiso de conejo en pepitoria o crema de calabaza con almendras .
– Picadas, dentro de unas berenjenas rellenas de vegetales y setas.
Habitualmente utilizadas en la elaboración de galletas, bizcochos y otros dulces; proporcionan consistencia y aportan sabor.
Enteras, laminadas o picadas, se utilizan para realzar el sabor del chocolate, y también, para decorar productos de confitería.
Las almendras tostadas, tienen un olor y sabor únicos, y por ellos se utilizan en la preparación de panes y bollería.
Y por supuesto, son indispensables como base en la elaboración del mazapán y muchos turrones.
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