La alergia al trigo se caracteriza por la presencia de anticuerpos contra las proteínas del trigo, y habitualmente, se produce por desajustes inmunitarios complejos.
Con frecuencia, la alergia al trigo se confunde con la enfermedad celíaca, siendo afecciones distintas. En la enfermedad celíaca, es una proteína específica del trigo, el gluten, la que provoca una reacción inmune anormal, pero no una alergia.
Generalmente, las personas alérgicas al trigo pueden ingerir otros cereales; sin embargo, los celiacos no pueden consumir ningún alimento que contenga gluten (cebada, centeno y en ocasiones avena).
Las personas alérgicas a las proteínas de trigo deben llevar una dieta libre de gluten. Para evitar imprevistos es fundamental leer y saber interpretar las etiquetas de los alimentos.
Cuando se come fuera de casa, es importante avisar en cocina de su problema de alergia.
Es obligatorio que se ofrezca menú sin gluten a los alumnos celiacos que lo demanden en los colegios, ya sean públicos, concertados o privados, el niño con alergia al trigo, estaría cubierto, ya que esa dieta, estaría exenta de trigo.
Es muy importante que su entorno tenga conocimiento de su alergia. Así, en el caso de una respuesta del sistema inmunitario grave sabrán cómo actuar.
En caso de utilizar epinefrina es básico que los compañeros de trabajo lo sepan. Lo mismo ocurre en el caso de los niños, dentro del centro escolar.