
Si eres amante del queso, estás de enhorabuena. En los últimos años, diversos estudios científicos han observado que el consumo de productos lácteos enteros, dentro de las cantidades diarias recomendadas, no está asociado con un aumento del riesgo cardiovascular o enfermedades no transmisibles como la obesidad, el cáncer o la diabetes tipo 2.
Las investigaciones de Arne Astrup, director del departamento de Nutrición, Ejercicio y Deporte de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, muestran que en los últimos años está teniendo lugar un cambio de paradigma respecto a la conocida recomendación de limitar la ingesta de grasas saturadas, independientemente de la fuente o alimento del que procedan. Este investigador defiende que las grasas saturadas, presentes de forma natural en los lácteos enteros como la leche, el yogur o el queso, están alojadas en una compleja matriz alimentaria que actúa de forma sinérgica con otros nutrientes y compuestos, limitando así sus posibles efectos perjudiciales para la salud.
Motivos por los que comer queso
Nutrientes del queso
El queso es rico en proteínas, calcio, fósforo y es fuente de distintas vitaminas como la B12 o la vitamina A (en aquellos elaborados a partir de leche entera). Contiene casi tanta proteína como grasa, que el cuerpo utiliza para construir y reparar tejidos, como los músculos. La proteína del queso es de alto valor biológico, lo que significa que posee todos los aminoácidos esenciales que necesitamos ingerir a través de la dieta. Además, es un alimento prácticamente exento de carbohidratos como la lactosa, lo que hace que sea apto para personas intolerantes (en función del grado de intolerancia).
Respecto a los minerales, el queso destaca por ser una rica fuente concentrada de calcio de fácil absorción o, lo que es lo mismo, con una elevada biodisponibilidad: puede llegar a aportar, por cada 100 g, más del 100% de la cantidad diaria recomendada de calcio (800 mg), dependiendo de la variedad del queso. Además, algunos quesos son fuente de minerales como el selenio o el zinc, que contribuyen al funcionamiento normal del sistema inmunitario y tienen una función antioxidante. En cuanto a las vitaminas, el queso es fuente de vitaminas liposolubles como la vitamina A, esencial para el mantenimiento de la piel y la visión en condiciones normales, y también es fuente de vitaminas del grupo B como la vitamina B12 (presente únicamente en alimentos de origen animal y esencial para la formación de glóbulos rojos y el mantenimiento del sistema nervioso central), la B2, la B3 o la B6. Sin embargo, el aporte vitamínico puede variar en función del tipo de queso.
Consumo de queso y riesgo cardiovascular
La evidencia reciente, procedente de estudios científicos como revisiones sistemáticas y metaanálisis, tanto de estudios observacionales como de ensayos controlados aleatorios, indica que los productos lácteos enteros, en particular el yogur y el queso, no ejercen los efectos perjudiciales sobre la sensibilidad a la insulina, el perfil lipídico en sangre y la presión arterial que se preveían anteriormente en función de su contenido en sodio y grasas saturadas. De hecho, no aumentan el riesgo de enfermedades cardiometabólicas y podrían tener un efecto neutro a moderadamente positivo o protector contra las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo 2, si se consumen en el marco de una alimentación saludable y equilibrada.
Conclusiones
Por eso, si eres amante del queso, estás de enhorabuena, ya que puedes comer tu queso favorito sin remordimientos. Consumir queso dentro del marco de una alimentación saludable y equilibrada y en base a las porciones y raciones diarias de lácteos recomendadas, no solo no es perjudicial para ti, sino que puede tener un efecto neutro a moderadamente beneficioso para tu salud.
En Central Lechera Asturiana, disponemos de una amplia variedad de quesos destinada a cada grupo de consumidores, sin olvidar los productos bajos en grasa o sin lactosa, entre otros. Descubre aquí toda nuestra amplia gama de quesos.
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Bibliografía
1. Astrup A, Geiker NRW, Magkos F. Effects of full-fat and fermented dairy products on cardiometabolic disease: Food is more than the sum of its parts. Adv Nutr [Internet]. 2019;10(5):924S-930S. Disponible en: http://dx.doi.org/10.1093/advances/nmz069
2. Lamarche B, Astrup A, Eckel RH, Feeney E, Givens I, Krauss RM, et al. Regular-fat and low-fat dairy foods and cardiovascular diseases: Perspectives for future dietary recommendations. Am J Clin Nutr [Internet]. 2025; Disponible en: http://dx.doi.org/10.1016/j.ajcnut.2025.03.009