Los alimentos nos entran por los ojos
Un nuevo estudio muestra cómo el cambio de apariencia como la textura, podría trasmitir un mensaje más saludable
Varios estudios han demostrado cómo la percepción del sabor de los alimentos se ve influenciada por muchos condicionantes.
Lo atractivo de su envase, su aroma, color, textura, precio, etc. son factores que nos inducen a adquirir un alimento. Nos sugieren o dan percepción de si va a estar o no bueno, o de si es o no saludable.
Ahora, expertos de la Universidad Anglia Ruskin (Reino Unido) concluyen que la textura de un alimento afecta a la percepción de su carácter saludable. El equipo constató que la textura influye en la apariencia visual del producto, apariencia que induce a tener expectativas sobre su salubridad.
El estudio evidenció cómo un producto alimenticio concreto, puede ser percibido de manera diferente en función de su apariencia.
Galletas de avena. Se ven pero ni se tocan ni se prueban
El estudio se centró en las percepciones personales que producían galletas de avena idénticas, pero con seis texturas diferentes.
88 participantes que recibieron instrucciones para calificar una variedad de galletas de avena en base a seis categorías: salubridad, sabor, crujiente, masticabilidad, placer y probabilidad de compra. Todas las galletas tenían los mismos nutrientes, sin embargo, eran visiblemente diferentes en su superficie: textura suave, media o dura. Los participantes tenían un desafío añadido. Para valorar las galletas, tan sólo podían mirarlas, ni tocarlas ni comerlas comer.
Los investigadores eligieron galletas de avena por un motivo. Al parecer, son galletas que encajan dentro del concepto o percepción de una merienda “saludable”, pero paradójicamente también como una “no saludable”.
Resultados y conclusiones. ¿Qué nos dicen las texturas?
Descubrieron que la textura de la superficie de la galleta de avena indicaba a los consumidores cuán saludable era.
Por un lado, las más rugosas, fueron percibidas como más saludables. Sin embargo, fueron las de textura más suave, las más apetecibles al inspirares un mejor sabor. Así, estas últimas, tenían más probabilidad de ser compradas.
El estudio muestra una relación inversa entre la salud y el gusto. A medida que aumenta la percepción del sabor, disminuyen las expectativas de salubridad, lo que muestra que el sabor es un factor primordial si se habla de intención de compra.
Los resultados son claros. Una baja percepción del carácter saludable y una alta expectativa de sabor, aumenta la intención de compra.
Lo que opinan los autores
“Un producto dulce, como una galleta, se beneficia de tener una apariencia menos saludable, ya que aumenta la percepción de sabor y aumenta la probabilidad de compra”. Dra. Jansson-Boyd.
“Para guiar las decisiones de compra más saludables, los productores de alimentos pueden, por lo tanto, usar un aspecto no saludable, texturas más suaves para superar esta percepción de que lo saludable no es sabroso”.
En futuro más saludable
«En un momento en el que la Organización Mundial de la Salud ha declarado que existe una epidemia de obesidad, es esencial pensar en formas de fomentar la mejora de los patrones de alimentación. Nuestra investigación proporciona un buen punto de partida sobre cómo promover productos alimenticios más saludables». Los autores
Mediante la modificación de la textura superficial de los productos, podría cambiar la percepción de las personas sobre estos, promoviéndose una alimentación saludable.