Las guías actuales recomiendan el uso de suplementos de ácidos grasos omega-3 de origen marino para prevención de la enfermedad coronaria y de los eventos vasculares en personas con enfermedad coronaria previa, pero los ensayos grandes de ácidos grasos omega-3 han producido resultados contradictorios.
Objetivo de estudio
El objetivo fue realizar un metaanálisis de todos los ensayos grandes que evalúen las asociaciones de suplementos de ácidos grasos omega-3 con el riesgo de enfermedad coronaria fatal y no fatal y de eventos vasculares mayores en la población completa del estudio y en los subgrupos preespecificados.
Fuentes de datos y selección de estudios: este metaanálisis incluyó ensayos aleatorios que incluyeron al menos 500 participantes y una duración de tratamiento de al menos 1 año y que evaluaron las asociaciones de ácidos grasos omega-3 con el riesgo de eventos vasculares. Extracción y síntesis de datos: se obtuvieron datos agregados a nivel de estudio de 10 grandes ensayos clínicos aleatorizados. Las razones de tasas (RR) para cada estudio se sintetizaron usando las estadísticas y varianzas observadas menos las esperadas. Las razones de tasas agregadas se estimaron mediante un metanálisis de efectos fijos que utilizó intervalos de confianza del 95% para las principales enfermedades y un intervalo de confianza del 99% para todos los subgrupos.
Desenlaces y medidas principales: los resultados principales incluyeron la enfermedad coronaria fatal, el infarto de miocardio no fatal, el accidente cerebrovascular, los eventos vasculares mayores y la mortalidad por todas las causas, así como los principales eventos vasculares en los subgrupos de población de estudio.
Resultados: de las 77.917 personas de alto riesgo que participaron en los 10 ensayos, 47.803 (61.4%) eran hombres, y la edad promedio al ingreso fue 64.0 años; los ensayos duraron una media de 4,4 años. Las asociaciones del tratamiento con los resultados se evaluaron en 6.273 eventos de enfermedad coronaria (2.695 muertes por enfermedad coronaria y 2.276 infartos de miocardio no fatales) y 12.001 eventos vasculares mayores. La asignación al azar a suplementos de ácidos grasos omega-3 (rango de dosis de ácido eicosapentaenoico, 226-1800 mg / d) no tuvo asociaciones significativas con la muerte por enfermedad coronaria (RR: 0.93; IC99%: 0.83-1.03; P =. 05), infarto de miocardio no fatal (RR: 0,97; IC99%: 0,87-1,08; p = 0,43) o cualquier evento de enfermedad coronaria (RR: 0,96; IC95%: 0,90-1,01; p = 0,12). Tampoco la aleatorización a la administración de suplementos de ácidos grasos omega-3 tiene asociaciones significativas con eventos vasculares mayores (RR: 0.97, IC95%: 0.93-1.01, P = .10), en general o en cualquier subgrupo, incluidos los subgrupos compuestos por personas con antecedentes enfermedad coronaria, diabetes, niveles de lípidos mayores que un nivel de corte determinado o uso de estatinas.
Conclusiones y relevancia
Este metaanálisis demostró que los ácidos grasos omega-3 no tenían una asociación significativa con la enfermedad coronaria fatal o no fatal o cualquier evento vascular importante. No proporciona respaldo para las recomendaciones actuales sobre el uso de dichos suplementos en personas con antecedentes de enfermedad coronaria.
Referencia: Aung T, Halsey J, Kromhout D, et al. Associations of omega-3 fatty acid supplement use with cardiovascular disease risks: meta-analysis of 10 trials involving 77.917 individuals. JAMA Cardiol. Published online January 31, 2018. doi:10.1001/jamacardio.2017.5205.
Discusión
Todavía queda mucho por investigar sobre los ácidos grasos Omega3. El DHA (principal ácido graso Omega3), tiene unas propiedades físico-químicas de enorme relevancia. El DHA, junto con el ácido araquidónico, es el ácido graso poliinsaturado que se encuentran en mayor concentración en el tejido nervioso. Se ha propuesto que el DHA tiene un importante papel en la formación y en la función del sistema nervioso, particularmente en el cerebro. Su mecanismo de acción aún no está totalmente dilucidado pero se propone que actuaría a nivel de las membranas celulares regulando sus funciones metabólicas y también a nivel de la expresión de genes relacionados con la función cerebral. Se ha correlacionado el contenido cerebral de DHA con la capacidad de aprendizaje y con el nivel de inteligencia de los recién nacidos y lactantes. Numerosos ensayos en animales de experimentación y en niños han demostrado la necesidad del ácido graso durante el desarrollo cerebral.
¿Por qué hay tanta diversidad de resultados en los estudios?
Probablemente por la fuente de Omega3 empleada, ya que la biodisponibilidad es muy baja y el grado de oxidación muy alto en el DHA. La falta de uniformidad de la fuente empleada en el estudio hace que los resultados no sean concluyentes. Por otro lado, la dieta que se sigue, junto a la suplementación, es trascendental para la obtención de resultados.