Una nueva estrategia para combatir ciertas enfermedades metabólicas consiste en reprogramar las bacterias presentes en nuestro intestino a fin de que actúen como «agentes terapéuticos vivientes».
Los intestinos humanos están llenos de billones de bacterias, llamadas colectivamente microbiota, la cual lleva a cabo funciones vitales para nuestra salud. Mediante una gama sintética de cápsulas, suspensiones líquidas u otras formas de dosificación y administración, que permiten tomas sistemáticas, se dota a la microbiota con nuevas capacidades metabólicas o que complementan funcionalidades perdidas en órganos como el hígado. A lo largo de la última década, más o menos, se han ido aclarando cada vez más las intrincadas conexiones entre los microbios y nuestros cuerpos, y es bien conocido ahora que las bacterias que viven en nuestro intestino tienen una influencia primordial en la salud humana.
En este sentido, se ha trabajado principalmente en la programación de E. coli Nissle, una cepa de bacterias derivadas de intestino que también se utiliza ampliamente y de manera segura como un probiótico. E. coli Nissle, proporciona una mayor precisión, seguridad, y eficacia para el tratamiento de enfermedades como la colitis ulcerosa, en comparación con los métodos tradicionales.
Para las enfermedades inflamatorias del intestino tales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, por ejemplo, los tratamientos actuales incluyen fármacos de molécula pequeña o anticuerpos con propiedades anti-inflamatorias. Sin embargo, el reto es conseguir la dosis correcta, ya que si se aplica demasiado poco, no funcionará y si se aplica demasiado, puede inmunosuprimir el paciente y causar efectos secundarios.
También puede ser eficaz en otras patologías como el trastorno del ciclo de la urea, más rara pero debilitante (afecta a entre 2.000 y 6.000 personas en los Estados Unidos y afecta su capacidad para procesos de amoniaco). Si el amoníaco se acumula demasiado y llega al cerebro, que puede conducir a daño cerebral, coma y muerte. La mejor opción de tratamiento disponible para las personas con colitis ulcerosa con diverticulosis grave, es un trasplante de hígado.
La investigación actual tiene como objetivo tratar la colitis ulcerosa con diverticulosis, con un biótico diariamente que funciona de una manera sorprendente disminuyendo el amoníaco en la corriente sanguínea. Los niveles de amoníaco en el torrente sanguíneo, dependen de la producción de amoníaco en el intestino grueso. El biótico estudiado convierte el amoníaco intestinal en un aminoácido, que se elimina del cuerpo a través de las heces, lo que reduce drásticamente el flujo de amoníaco a la sangre y provoca la reducción de los niveles de amoníaco en el torrente sanguíneo.
Referencia: http://news.mit.edu/2016/startup-synlogic-reprogramming-gut-bacteria-living-therapeutics-0405