Los estudios relacionan bajos niveles plasmáticos de ácidos grasos Omega-3 EPA+DHA, con un mayor riesgo de parto prematuro.
La suplementación con aceite de pescado demora el parto espontáneo, pero los niveles y la importancia clínica siguen siendo inciertos.
Conviene examinar la asociación entre los Omega-3 plasmáticos cuantificados en el embarazo y el riesgo subsiguiente de parto prematuro.
Se tomaron muestras de sangre de 376 mujeres prematuras y de 348 que tuvieron un parto a término completo. Se observó que, la mujeres con niveles séricos bajos de EPA+DHA tenían un riesgo 10 veces mayor de nacimiento prematuro.
¿Conviene aumentar el consumo de Omega-3 en embarazadas?
Suplementos de Omega-3, podrían reducir el riesgo de parto prematuro entre las embarazadas con bajos niveles de EPA+DHA. No obstante, es posible que factores no dietéticos puedan, parcial o totalmente, explicar las asociaciones observadas. Las concentraciones plasmáticas de EPA+DHA en cualquier momento durante el embarazo están influenciadas no solo por la ingesta de ácidos grasos antes y durante el embarazo, sino también por transferencia placentaria de ácidos grasos esenciales de la madre al feto en crecimiento, así como por su propia capacidad determinada genéticamente para metabolizar ácidos grasos poliinsaturados.
En definitiva, varios mecanismos explican el efecto de los ácidos grasos Omega-3 de cadena larga en la dieta, sobre el parto prematuro. Se conoce que, los ácidos grasos Omega-3 de cadena larga, pueden afectar a la producción de eicosanoides implicados en el proceso de parto, la actividad eléctrica del miometrio, la regulación de la señalización de oxitocina y las vías inflamatorias por un aumento en la producción de resolvina R3. Estos hallazgos pueden ayudar a aumentar nuestra comprensión de la biología subyacente del parto prematuro.
Las fuertes asociaciones observadas entre las bajas concentraciones plasmáticas de EPA+DHA y el posterior nacimiento prematuro, sugieren que los niveles corporales de ácidos grasos esenciales están implicados causalmente en los procesos fisiológicos que conducen al parto prematuro. Estas observaciones pueden respaldar la utilidad de una intervención centrada en cambiar la dieta o la suplementación.
Fuente:
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2352396418302524