Nutracéuticos: ¿qué son?
Los nutracéuticos son compuestos bioactivos presentes en los alimentos que poseen propiedades terapéuticas y confieren beneficios para la salud. El término «nutracéutico» proviene de la combinación de las palabras «nutriente» (componente nutritivo de un alimento) y «farmacéutico» (fármaco), lo que denota las potenciales propiedades terapéuticas de estos compuestos.
Algunos ejemplos comunes de nutracéuticos incluyen el resveratrol, que se encuentra en su gran mayoría en las uvas, conocido por sus efectos antioxidantes y antienvejecimiento; la curcumina, presente en la cúrcuma, reconocida por sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes; y los ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA), que se encuentran en pescados grasos como el salmón y el atún, conocidos por sus beneficios cardiovasculares y antiinflamatorios.
Un estudio publicado recientemente en la revista Nutrients investiga el rol de estos compuestos en la modulación del estrés oxidativo y la inflamación, dos condiciones características de “enfermedades metabólicas” o “enfermedades crónicas no transmisibles” como la obesidad, el síndrome metabólico, la hipertensión, la diabetes tipo 2, la dislipidemia o la hipertrigliceridemia.
Nutracéuticos y trastornos metabólicos
Los trastornos metabólicos mencionados se caracterizan por la presencia de una interacción compleja entre inflamación crónica de bajo grado y estrés oxidativo, como denominador común. Éste último se caracteriza por un desequilibro entre las especies reactivas de oxígeno (ROS) y los antioxidantes endógenos, desencadenando una serie de eventos que contribuyen al daño celular y a la progresión de estas condiciones patológicas. Por otro lado, la inflamación sistémica crónica de bajo grado, también conocida como «metainflamación» o inflamación metabólica, se caracteriza por una elevación en los niveles de proteínas de fase aguda y citocinas con actividad inflamatoria, como la proteína C reactiva (PCR), factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α) y la interleucina 6 (IL-6), entre otros marcadores.
En este complejo escenario, los nutracéuticos emergen como potenciales aliados terapéuticos dada su capacidad para contrarrestar el estrés oxidativo, modular la inflamación y mejorar la respuesta antioxidante endógena.
Polifenoles
Dentro de los nutracéuticos, los polifenoles tienen una importancia destacada dadas sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estos compuestos de origen vegetal actúan neutralizando los radicales libres dañinos que pueden causar estrés oxidativo en el cuerpo, implicado en el envejecimiento y el desarrollo de enfermedades metabólicas. Estos compuestos se encuentran en una gran variedad de alimentos vegetales, como las frutas y verduras, el té o el cacao, entre otros.
En concreto, el resveratrol, un polifenol anteriormente citado, ha sido ampliamente estudiado por su potente capacidad antioxidante y antiinflamatoria, ya que disminuye la producción de ROS y reduce la producción citoquinas proinflamatorias.
Curcumina
Otro compuesto destacado es la curcumina, un polifenol presente en la cúrcuma, una especia de color anaranjado ampliamente utilizada en la cocina asiática y la medicina tradicional. La curcumina exhibe una amplia gama de propiedades terapéuticas, que incluyen actividad antioxidante, antiinflamatoria, anticancerígena y neuroprotectora. Su capacidad para neutralizar las especies reactivas de oxígeno (ROS) y modular las vías inflamatorias la convierte en un nutracéutico valioso en el manejo de enfermedades metabólicas y condiciones relacionadas.
Otros compuestos
A pesar de que los polifenoles como el resveratrol o la curcumina son de los compuestos más estudiados, existe una amplia variedad de nutracéuticos y compuestos bioactivos con demostrados beneficios para la salud, como los probióticos, las vitaminas D, C y E, el selenio, el licopeno, la coenzima Q10 o los ácidos grasos omega-3.
Los ácidos grasos omega-3, especialmente el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico), se destacan como nutracéuticos prometedores en la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades crónicas, especialmente las enfermedades cardiovasculares. Numerosos estudios respaldan el papel de los omega-3 en la reducción de la inflamación. Por ejemplo, se ha encontrado que los omega-3 inhiben la activación del NF-κB, una proteína implicada en la regulación de la respuesta inflamatoria, lo que lleva a una disminución de la inflamación. Además, la combinación de omega-3 con vitamina D3 ha demostrado reducir la inflamación sistémica, lo que sugiere sinergias beneficiosas entre estos nutrientes.
Aunque los nutracéuticos no buscan reemplazar a los fármacos tradicionales, juegan un papel complementario como vía de actuación preventiva, especialmente en el manejo de afecciones comúnmente asociadas con el síndrome metabólico, como la diabetes tipo 2, la hipertensión o enfermedades cardíacas. Estas características multifacéticas de los nutracéuticos resaltan su importancia en la promoción del bienestar general y la salud.
Bibliografía
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