La relación entre nutrición e inmunidad es un campo muy atractivo y complejo. La nutrición es un componente determinante en el desarrollo y mantenimiento de la respuesta inmune. Los datos epidemiológicos existentes relacionan la presencia de déficits nutricionales con desequilibrios inmunitarios e incremento del riesgo de infecciones.
¿Nutrir consiste solo en proporcionar calorías, proteínas, lípidos y otros nutrientes al organismo para mantener un adecuado funcionamiento?
Del concepto de nutriente como componente presente en los alimentos, asimilado por nuestro organismo y utilizado para obtener energía, para reparar tejidos o para regular diferentes procesos metabólicos hemos pasado al de inmunonutriente, que además de proporcionar los beneficios anteriores expuestos, es capaz de influir en el sistema inmunitario.
Existen evidencias de cómo los nutrientes influyen en el estado de nuestro sistema inmunológico.
Tipos de trastornos inmunológicos:
Estos pueden agruparse en tres grandes grupos:
a) alergias o estados de hipersensibilidad. Por ejemplo; el polen, componentes de la dieta, pelo de animales, etc.
b) estados de inmunodeficiencias debidos a trastornos metabólicos, infecciosos, cáncer, medicamentos, procesos quirúrgicos, estrés, nutrición, etc.
c) enfermedades autoinmunes. Por ejemplo; artritis reumatoide o esclerosis múltiple.
Objetivos de la revisión: Nutrición y Trastornos del Sistema Inmune.
Conocer el abordaje nutricional sobre diferentes trastornos del sistema inmune.
Metodología:
Revisión sobre los trastornos inmunológicos de mayor prevalencia en países desarrollados, las características nutricionales a los que se encuentran asociados y su abordaje nutricional.
Resultados:
El abordaje nutricional de los trastornos inmunológicos se ha centrado en los últimos años en los AGP-ω3 y la vitamina D. Mantener el peso corporal, evitar estados de desnutrición y catabolismo proteico, son estrategias clave del tratamiento nutricional. Este debe adecuarse a cada fase de la enfermedad, por lo que se trata de un proceso dinámico.
Conclusiones:
Primero, el abordaje nutricional en las enfermedades autoinmunes, no siempre es del todo claro, debido a los estados agudos y de remisión que presentan. Por ejemplo, la anorexia es uno de los síntomas más característicos, derivada del tratamiento farmacológico y el proceso inflamatorio. Por ello, la dieta debe contener una elevada densidad en nutrientes que eviten el deterioro.
Segundo, destacar que el papel de la nutrición en los trastornos inmunológicos tiene como objetivo mantener un estado óptimo de nutrición durante los periodos sintomáticos, prevenir su deterioro durante los episodios agudos y mejorarlo durante los periodos estables libres de sintomatología.
Fuente
http://www.nutricionclinicaenmedicina.com/
Revista Nutrición Clínica en medicina. Nutrientes e inmunidad Vol. X – Número 1 – 2016 pp. 1-19