La microbiota intestinal afecta la fisiopatología del huésped como un órgano endocrino.
Recientemente, se ha establecido que la microbiota intestinal puede afectar al huésped. Lo hace tanto a través de la secreción hormonal y mediante la producción de metabolitos con la capacidad de regular la liberación de hormonas. A este respecto, la microbiota intestinal puede considerarse plenamente como un órgano endocrino.
Nuestra microbiota afecta a nuestra fisiología
Es ampliamente reconocido que los microorganismos que habitan nuestro tracto gastrointestinal, la microbiota intestinal, afectan profundamente la fisiopatología del huésped.
La composición de la microbiota intestinal está modulada principalmente por la dieta. Además, los microorganismos intestinales se comunican con los diferentes órganos y tejidos del huésped humano al sintetizar hormonas y regular su liberación.
Impacto de la microbiota sobre la fisiología del huésped
Investigadores del Departamento de Ciencias Farmacológicas y Biomoleculares, de la Universidad de Milán, publican un estudio en la revista Nutrients. En él, proporcionan una revisión actualizada sobre las clases más importantes de hormonas derivadas de microbiota intestinal y su detección por los receptores del huésped, discutiendo críticamente su impacto en la fisiología del huésped. Además, la interacción entre las hormonas microbianas y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares será analizada y discutida a fondo.
La microbiota intestinal está estrictamente conectada al sistema endocrino, a través de la secreción de hormonas, la modulación de la liberación de hormonas por parte del huésped y la conversión de metabolitos dietéticos y endógenos en moléculas con propiedades similares a las hormonas que permiten la comunicación con órganos y tejidos periféricos. en el anfitrión. De este modo, puede influir en una amplia gama de procesos fisiológicos, que incluyen el comportamiento del huésped, el apetito, el metabolismo energético y la respuesta inmune.
En consecuencia, las alteraciones en la microbiota (disbiosis), pueden alterar las concentraciones plasmáticas de ácidos biliares primarios y secundarios, ácidos grasos de cadena corta y TMAO se han relacionado con afecciones patológicas que aumentan el riesgo global de ECV, como aterosclerosis, hipertensión, insuficiencia cardíaca, enfermedad renal crónica, obesidad y diabetes tipo 2.
La mayoría de los resultados obtenidos hasta ahora y discutidos en esta revisión se obtuvieron en roedores; por ello, serán necesarios futuros estudios clínicos para evaluar la traducibilidad al ser humano. No obstante, el proceso continuo de identificación de nuevos metabolitos derivados de la microbiota, y la modulación de la composición y función de la microbiota intestinal a través de intervenciones dietéticas y farmacológicas, para ajustar su potencial endocrino, podría representar una oportunidad nueva y emocionante para mejorar la salud y el riesgo cardiovascular prevención.