El intestino es sensible a nuestra microbiota
A la pregunta, ¿la microbiota actúa sobre nuestro intestino?, la respuesta es «sí». Además puede afectar a nuestro peso corporal. De hecho, la disbiosis está relacionada con ciertos trastornos crónicos entre los que se incluye la obesidad. Es por esto, que debemos cuidar de nuestros comensales.
Hay más de 2 mil millones de personas con sobrepeso y obesidad en todo el mundo. De este modo, se supera por primera vez el número de personas afectadas por la desnutrición.
La obesidad y sus comorbilidades infligen una gran carga en las economías mundiales y son una grave amenaza para el bienestar de las personas. Además, por el momento no existe una cura inmediata disponible.
La obesidad es multicausal. Por ejemplo, están involucrados factores fisiológicos, metabólicos, neurales, psicosociales, económicos, genéticos y ambientales, entre otros.
Avances recientes en la secuenciación del genoma y el perfil metagenómico han agregado otra dimensión a esta complejidad. Hablamos de la implicación de la microbiota intestinal como importante jugador en la regulación energética y desarrollo de la obesidad. Como tal, la evidencia acumulada demuestra el impacto de la microbiota intestinal en el peso corporal. Igualmente, tiene un gran impacto en la adiposidad, la glucosa, el metabolismo de los lípidos y el síndrome metabólico. Esto también incluye el papel de la microbiota como señal moduladora, ya sea directamente o a través de sus metabolitos bioactivos en la luz intestinal al liberar factores quimiosensores que se sabe tienen un papel importante en el control de la ingesta de alimentos y la regulación del peso corporal.
La importancia de la señalización intestinal por señalización de microbiota se destaca aún más por dos aspectos:
- La presencia de receptores de sabor y nutrientes en el epitelio intestinal. Estos, son activados por los productos de degradación microbiana,
- Su papel en la liberación de hormonas péptidas que controlan el apetito y la homeostasis energética.
Esta revisión presenta evidencia sobre cómo la microbiota intestinal interactúa con la quimiosensibilidad intestinal y modula la liberación y la actividad de los péptidos intestinales. En concreto, la revisión se centra en los péptidos GLP-1 y PYY.
El cuerpo humano es un superorganismo
El cuerpo humano ha sido acuñado como un superorganismo. Es anfitrión de un complejo consorcio de microbios comensales que suponen 10 veces más células y 150 veces más genes.
Estos billones de microorganismos con miles de filotipos bacterianos residen principalmente en el tracto gastrointestinal. Se denominan colectivamente microbiota intestinal. Aunque su existencia e importancia han sido reconocidas durante mucho tiempo, los avances recientes en la identificación, cuantificación y propiedades funcionales de los microbios intestinales destacan su papel en la protección contra enteropatógenos, la extracción de nutrientes y energía de nuestras dietas y su contribución a las funciones inmunes normales. Más importante aún, la creciente evidencia sugiere que la conversación cruzada entre las bacterias y el huésped es crítica para mantener la salud. De este modo, su desequilibrio (disbiosis) se ha asociado con trastornos crónicos que incluyen obesidad, diabetes, inflamación enfermedad intestinal, enfermedad del hígado graso no alcohólico, desnutrición, cáncer y trastornos psiquiátricos.
Fuente
Artículo de revisión. Frente. Endocrinol., 19 de febrero de 2019