Mejorar nuestra capacidad diaria para concentrarnos, completar las tareas mentales y tener una memoria sana son los principales impulsores de un creciente interés por parte de los consumidores.
Nuestra alimentación ha demostrado que juega un papel fundamental en el desarrollo y en la función cognitiva de nuestro organismo. Existen componentes nutricionales que están involucrados en múltiples procesos cerebrales regulando las vías de los neurotransmisores, la vía sináptica, la fluidez de las membranas y las vías de transducción de señales.
Vitaminas y minerales y su función en la capacidad cognitiva
Se conoce que las vitaminas y los minerales tienen numerosas funciones importantes en nuestra salud. En este sentido, las vitaminas y lo minerales aportan una actividad antioxidante que parece proteger el sistema nervioso y sus células del estrés oxidativo, mientras existen otras que están asociadas con la modulación de la plasticidad sináptica, forman parte de neurotransmisores cerebrales, las membranas neuronales, y la regulación de la transmisión de las señales nerviosas. Entre las más destacadas se encuentran:
- Vitamina B (ácido fólico, Vitamina B6 y B12) y C
- Vitamina D, E, y A
- Calcio, zinc, selenio
Omega 3 ácidos grasos en la cognición y la memoria
Se ha sugerido que los ácidos grasos omega-3 son importantes para la salud cognitiva, dado que son componentes estructurales del tejido cerebral. En concreto, uno de los componentes mas importantes de los ácidos grasos omega 3 son el EPA (ácido eicosapentaenoico) y el DHA (ácido docosahexaenoico). Son compuestos importantes de las membranas neuronales y se ha demostrado que tanto el EPA como el DHA desempeñan un papel protector en la prevención del deterioro cognitivo al mejorar la función neuronal, disminuyen inflamaciones, la oxidación y la muerte celular.
El DHA tiene un papel en la captación de la glucosa en el cerebro, y por lo tanto en el suministro de energía, función importante para las capacidades del aprendizaje y de la memoria, su consumo esta asociado con la mejora de esas funciones.
Flavonoides y su función en la memoria y en la capacidad cognitiva
Los flavonoides son componentes fitoquímicos con una actividad antioxidante. Solemos encontrarlos en el té, en frutas como los arándanos, chocolate, vino etc. Estudios identifican que el consumo de esos componentes ayuda a mejorar las funciones cognitivas. Aunque sus acciones todavía se están investigando, parece ser, destacando su actividad antioxidante contra el estrés oxidativo responsable de dañar las células, que su consumo mejora la microcirculación cerebral, el riego sanguíneo, la transmisión de los impulsos nerviosos, ayudando de esa manera a mantener un buen estado de memoria.
Coenzima Q1O y su función en la capacidad cognitiva
Como ya hemos mencionado en artículos anteriores, las enzimas son catalizadores bioquímicos, es decir, proteínas responsables en la activación, realización y la aceleración de ciertas reacciones bioquímicas que se realizan en nuestro organismo. De la misma manera, esta enzima conocida con el nombre ubiquinona, es una coenzima involucrada en los procesos de respiración de nuestras células y en la generación de energía. Nuestro cerebro contiene una mayor cantidad de células que otras partes del cuerpo, por lo que requiere una mayor cantidad de energía, una parte de esta energía se consigue por la acción de esta coenzima. Además, tiene una actividad antioxidante, protege contra los radicales libres responsable del daño celular. Investigaciones revelan que forma parte en la activación de las neuronas y sus funciones, impulsa el crecimiento de las células mientras que también es capaz de ayudar a curar y a reparar de lesiones cerebrales.
Algunos alimentos donde se encuentra esta enzima son productos lácteos, carnes rojas, el pescado, huevos, brócoli, espinacas, aguacate, naranja, aceite de oliva, semillas de sésamo y frutos secos.
Conclusiones
Nuestra alimentación, es un factor que influye en nuestra salud y función, una alimentación variada y equilibrada nos puede aportar determinados nutrientes que pueden tener efectos beneficiosos para nuestras capacidades cognitivas, y también ayudan a proteger el cerebro de daños, promoviendo la reparación de los efectos del envejecimiento.
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