Hoy en día, existe una gran oferta de test de intolerancias o de alergias en el mercado. Pero, ¿son realmente fiable?
Primero de todo, debemos diferenciar las diferentes pruebas que nos venden para detectar intolerancias o alergias alimentarias.
- Los test de intolerancia:
Estos test se realizan fuera del ámbito hospitalario. Mediante una gota de sangre, saliva o, algunos más extravagantes, mediante la medición de energía que emite un dedo, elaboran una lista de aquellos alimentos que no podemos comer. Este método no tiene ninguna validez científica, es decir, no se ha demostrado que mediante estos procedimientos se sepa si una persona es intolerante a un alimento o no. Si alguien nota mejorías al eliminarlos es probablemente por el efecto placebo, o por disminuir el consumo de alimentos insanos. Podemos decir, que este test solo sirve para beneficiar a quien lo vende.
- Pruebas diagnósticas de intolerancia y alergias:
Son aquellas pruebas específicas que detectan intolerancias o alergias. Se realizan dentro del ámbito hospitalario. Pueden ser sencillas, como para determinar intolerancia a la lactosa, que se realiza mediante el test de hidrógeno espirado o un poco más complejas como para la celiaquía, que se necesita un análisis de sangre para detectar determinados anticuerpos y a menudo es necesaria una biopsia intestinal para confirmar el diagnóstico.
Estas pruebas, están supervisadas y controladas por alergólogos, que son quienes interpretando los resultados de estas pruebas dictan que alimentos nos producen alergias o intolerancias, y no una simple gota de sangre o saliva.
- Test genéticos:
En España, aun no son muy conocidos. Son test que mediante una muestra de sangre o saliva analizan algunos polimorfismos genéticos. Tienen base científica pero aún no están desarrollados para interpretación fácil y su precio es muy elevado.
En conclusión, para determinar alergias e intolerancias se puede necesitar más de una prueba, no es algo sencillo. Por ello, si notas molestias tras la ingesta de algún alimento debes acudir un especialista como son los alergólogos o digestivos.