El desayuno es la primera comida que se realiza, y es evidente que nos proporciona la energía necesaria para poder sacar adelante la mañana. Hoy en día, existen casos de gente que desayuna algunas veces por semana o se salta directamente esa comida; situación que puede crear problemas en nuestros procesos metabólicos y capacidades diarias como es el descenso del rendimiento intelectual.
Un buen desayuno se relaciona con una mayor ingesta de nutrientes a lo largo del día, mejor cobertura de las recomendaciones nutricionales y mejor calidad de la dieta. También se asocia con un mejor control del peso corporal y mejores indicadores de riesgo cardio metabólicos, tanto en niños como en adultos.
El desayuno ha sido denominado como una de las comida mas importantes del día, nos proporciona un 20%-25% de las necesidades energéticas diaria. Lo importante es que se adapte a las necesidades y a las circunstancias personales y es imprescindible incorporar alimentos con el mejor perfil nutricional posible para así acercar la dieta global a un patrón más saludable.
En un desayuno es importante introducir alimentos de diferentes grupos para poder conseguir una variedad de nutrientes y realizar un desayuno de calidad. Una combinación recomendada que cumple con la ingesta de los valores nutricionales son los desayúnanos que concluyen : lácteos, cereales, fruta y en menores proporciones alimentos proteicos (huevos, jamón, pavo etc.).
Investigaciones científicas señalan que la realización diaria del desayuno en nuestra alimentación es un habito saludable que puede beneficiar nuestra salud.
Beneficios de desayunar
1. Relación entre desayuno y calidad global de la dieta
Como ya se menciono anteriormente, un desayuno adecuado nos proporciona los nutrientes adecuados y cubre mejor el gasto energético, aportando menor cantidad de grasa y azúcares y mayor de hidratos de carbono, fibra, folatos, calcio, hierro y yodo. Resultados de investigaciones que se realizaron en adultos españoles, señalaron que saltarse el desayuno, o ingerir un menor aporte energético de lo recomendado de esta comida, se asocia con un patrón dietético más alejado de la dieta mediterránea, y con un déficit de la ingesta de algunos nutrientes como son la vitamina D, el calcio y los folatos. Una mejora del desayuno se observó con la ingesta de lácteos ya que son principal fuente de estos nutrientes en la alimentación.
2.Desayuno y peso corporal
Existe evidencia científica que señala que hay una asociación entre el desayuno el peso y la composición corporal, aunque su mecanismo todavía no está muy aclarado. Un buen desayuno está relacionado con el control del apetito y la saciedad.
En una cohorte en Suiza, seguida desde los 16 a los 43 años, se constató que los adolescentes que se saltaban el desayuno o realizaban uno, de peor calidad, tenían mayor adiposidad central y resistencia a la insulina 27 años después, lo que sugiere que no desayunar o realizar un desayuno de pobre calidad y mantener este hábito durante largos periodos de tiempo puede impactar de forma adversa a la sensibilidad a la insulina y el almacén de grasa corporal.
Además, en el estudio ANIBES, se constata que el riesgo de tener obesidad abdominal es 1,5 veces mayor en los que se saltan el desayuno cuando se compara con los que desayunan siempre. También se ha observado una asociación entre saltarse el desayuno con mayor peso, IMC, obesidad abdominal y otros factores de riesgo cardiovascular y metabólico como hipertensión, dislipemia y diabetes.
3.Desayuno y función cognitiva
El desayuno proporciona nutrientes al cerebro, los cuales son necesarios para realizar las funciones cognitivas con eficiencia, suministrando una proporción considerable de energía , y nutrientes en la dieta total, siendo además especialmente relevante tras el ayuno nocturno.
Un desayuno adecuado aporta glucosa que es la principal fuente de energía y promueve la liberación de la insulina que estimula la síntesis de enzimas que intervienen en la formación de neurotransmisores responsables de realizar el trabajo intelectual.
En revisiones sistemáticas de estudios donde se evaluaba el efecto agudo que aporta solo un desayuno y en relación con efectos a largo plazo se comprobaron, que desayunar tenía efectos positivos en la cognición, especialmente en cuanto a realizar tareas que requieren atención, función ejecutiva y memoria.
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