Hoy en día existe una preocupación sobre el colesterol dietético, que es el que ingerimos mediante la alimentación. Se cree que es el causante de la subida del colesterol en la sangre, y que a su vez proporciona mayor posibilidad de desarrollar problemas cardiovasculares.
Muchos fueron lo estudios que investigaron la relación entre el colesterol dietético y su efecto en nuestra salud, y parece ser que este tipo de conexión es más complicado de interpretar de lo esperado. La cantidad de colesterol en los alimentos no se traduce necesariamente en la cantidad del mismo en la sangre.
La importancia y la función del colesterol en nuestro organismo
El colesterol es una molécula importante que forma parte de muchas funciones fisiológicas de nuestro organismo. Es responsable de la formación de las sales biliares, que nos ayudan digerir grasas, de sintetizar la vitamina D y hormonas y, además, participa en el metabolismo de nutrientes como el calcio. Se obtiene, principalmente, de dos fuentes: síntesis endógena y a través de la alimentación. Ambos tipos están relacionados entre ellos. Esto significa que, bajo unas condiciones normales, si ingerimos grandes cantidades de colesterol dietético nuestro cuerpo producirá menos colesterol, en función de regular y compensar la cantidad necesaria de esta molécula. No obstante, una ingesta y producción excesiva de colesterol, por encima de unos niveles normales, aumentan el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares.
Datos científicos sobre el consumo del colesterol dietético
Muchos expertos e investigaciones señalan que no existe una asociación significativa entre el colesterol dietético y el riesgo cardiovascular. Consumir alimentos ricos en colesterol eleva los niveles del mismo en sangre. Por lo general, en una cantidad pequeña. Según muchas revisiones científicas, el consumo del colesterol dietético tiene un límite de absorción cuando lo consumimos a diario, bajo unos límites normales y sin exceso. Aproximadamente, nuestro organismo es capaz de absorber entre un 20% del colesterol procedente de los alimentos y lo demás es expulsado a través de las heces.
El principal causante de nuestro colesterol elevado es él endógeno, la mayor parte de esta molécula se produce en el hígado a partir de nuestras reservas de grasas provenientes de un exceso calórico, de grasas saturadas refinadas y azúcares.
Grasas saturadas y azúcares refinados
Por lo tanto, las grasas saturadas son uno de los principales factores causantes del aumento del colesterol en sangre. Hay que anotar que, en función del tipo de grasa saturada, su composición y su calidad final puede influir de forma positiva o perjudicar la salud. El principal problema lo proporciona la grasa refinada y el alto contenido de grasa animal, es decir la grasa proveniente de productos procesados industrialmente, como son productos de bollería, patatitas, carnes procesadas, embutidos, o aceites procesados. El aumento del consumo de la grasa saturada está relacionada con la mayor producción de lipoproteínas de baja densidad conocidas como colesterol LDL (o malo) que puede acumularse dentro de la arterias restringiendo el flujo sanguíneo al corazón y al cerebro.
Por otra parte, los azúcares en exceso también influyen en el aumento del colesterol. La ingesta en exceso se asocia con un aumento de adiposidad en el hígado, lo que luego conduce a una mayor producción de triglicéridos y colesterol LDL. Alimentos reconocidos por su alto contenido de azúcar, son los cereales, galletas y la bollería industrial, salsas de tomate frito, alimentos light, zumos envasados, y más productos procesados.
Conclusiones
En vez de preocuparse por el colesterol de alimentos particulares es más significativo optar por adaptar unos patrones de alimentación más saludables, que eviten el consumo de productos procesados con alto porcentaje en grasas saturadas, sales y azúcares y que enfaticen en alimentos más cercanos dentro del marco de una dieta mediterránea. Es decir, alimentos como verduras, hortalizas, frutas, grasas insaturadas, frutos secos, cereales y granos integrales.
Bibliografía:
- Carson JAS, Lichtenstein AH, Anderson CAM, Appel LJ, Kris-Etherton PM, Meyer KA, Petersen K, Polonsky T, Van Horn L; American Heart Association Nutrition Committee of the Council on Lifestyle and Cardiometabolic Health; Council on Arteriosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology; Council on Cardiovascular and Stroke Nursing; Council on Clinical Cardiology; Council on Peripheral Vascular Disease; and Stroke Council. Dietary Cholesterol and Cardiovascular Risk: A Science Advisory From the American Heart Association. Circulation. 2020 Jan 21;141(3):e39-e53.
- DiNicolantonio JJ, O’Keefe JHE. effects of dietary fats on blood lipids: a review of direct comparison trials Open Heart 2018;5
- Te Morenga LA, Howatson AJ, Jones RM, Mann J. Dietary sugars and cardiometabolic risk: systematic review and meta-analyses of randomized controlled trials of the effects on blood pressure and lipids. Am J Clin Nutr. 2014 Jul;100(1):65-79. doi: 10.3945/ajcn.113.081521. Epub 2014 May 7. PMID: 24808490.
- Maldonado Saavedra Octavio, Ramírez Sánchez Israel, García Sánchez José Rubén, Ceballos Reyes Guillermo Manuel, Méndez Bolaina Enrique. Colesterol: Función biológica e implicaciones médicas. Rev. mex. cienc. farm [revista en la Internet]. 2012 Jun [citado 2022 Oct 31] ; 43( 2 ): 7-22.
- Kang ZQ, Yang Y, Xiao B. Dietary saturated fat intake and risk of stroke: Systematic review and dose-response meta-analysis of prospective cohort studies. Nutr Metab Cardiovasc Dis. 2020 Feb 10;30(2):179-189.