El tracto gastrointestinal (GI) juega un papel crítico en la administración de carbohidratos y fluidos durante el ejercicio prolongado y, por tanto, puede ser un determinante importante del rendimiento. La incidencia de problemas intestinales en deportistas es elevada, lo que indica que la función GI no siempre es óptima.
Entrenar la capacidad de evitar molestias gastrointestinales ligadas al ejercicio
Sin embargo, existe evidencia de una alta adaptación de este sistema a las exigencias nutricionales en deportistas. En este sentido, el vaciamiento gástrico y la sensación concomitante de confort del estómago se pueden entrenar. Algunos estudios sugieren que pueden producirse incrementos específicos de absorción de nutrientes como respuesta al elevado requerimiento exigido en entrenamientos de larga duración.
Las adaptaciones que se producen parecen ser específicas de nutrientes. Por ejemplo, una dieta alta en carbohidratos aumentará la densidad de los transportadores de glucosa 1 dependientes de sodio (SGLT1) en el intestino, así como la actividad del transportador. Esto permitr una mayor absorción y oxidación de carbohidratos durante el ejercicio. También es probable que, cuando se produzcan tales adaptaciones, las posibilidades de desarrollar una molestia importante gastrointestinal, sean menores.
Los deportistas a menudo subestiman la importancia del tracto gastrointestinal (GI)
El suministro de fluidos exógenos y fuentes de hidratos de carbono puede ser crítico para el rendimiento, especialmente durante el ejercicio prolongado (1). Además, los síntomas gastrointestinales como hinchazón, calambres, diarrea y vómitos son comunes en muchos deportes, especialmente en los deportes de resistencia [2]. Sin un buen funcionamiento del sistema gastrointestinal, la absorción de nutrientes se verá afectada y pueden aparecer una multitud de síntomas gastrointestinales.
Aunque generalmente se cree que el vaciamiento gástrico no es un factor limitante para la disponibilidad de nutrientes en el deporte de muy larga duración, es probable que una combinación de factores, por ejemplo, calor, alta ingesta de carbohidratos y ejercicio de alta intensidad, actúen juntos, comprometiendo así el vaciado gástrico. Por lo tanto, es importante practicar una estrategia nutricional en el entrenamiento y acostumbrarse a mayores volúmenes de ingesta o mayor ingesta de carbohidratos [3].
La mayoría de los atletas consumen una dieta de carbohidratos de moderada a alta. Por lo que se podría argumentar que los beneficios de aumentar los carbohidratos aún más sólo pueden ser pequeños. El vínculo entre la ingesta de carbohidratos y la capacidad de transporte de glucosa en el intestino humano es incierto. Se ha visto poca variación en las tasas máximas exógenas de oxidación de carbohidratos en investigaciones que involucraron a cientos de participantes. Lo que significa que la dieta tiene efectos pequeños sobre la capacidad máxima de transporte de carbohidratos. El hecho de que la capacidad de transporte apenas haya superado los 60 g / h, puede ser una señal de que las mejoras pueden no ser dramáticas. Por otro lado, investigaciones como el estudio de Cox et al. [4] sugiere que estos transportadores pueden ser regulados al alza en un período de tiempo corto.
La restricción de carbohidratos podría ser una razón por la que los atletas presentan más problemas gastrointestinales
Aunque la magnitud exacta de los efectos en los atletas que ya están consumiendo una dieta alta en carbohidratos puede ser incierta. Parece justo concluir que los atletas que no están practicando una dieta alta en carbohidratos pueden beneficiarse sustancialmente. Cuando los atletas son restrictivos de carbohidratos, la reducción de la carga diaria de carbohidratos probablemente reducirá la capacidad de absorber hidratos de carbono durante la prueba. Esto podría ser una razón por la cual estos atletas parecen referir más problemas gstrointestinales. A estos atletas se les recomendaría que incluyeran algunos días de alto carbohidrato en su entrenamiento.
Las guías actuales recomiendan una ingesta de carbohidratos de hasta 60 g para un ejercicio de hasta 2 horas. Cuando el ejercicio dura más de 2 h, se recomienda una cantidad ligeramente mayor de carbohidrato (90 g / h). Estos, deben consistir en una mezcla de carbohidratos transportables múltiples, por ejemplo, glucosa: fructosa o maltodextrina . Para obtener una ingesta de carbohidratos de 90 g / h, los atletas podrían «combinar y combinar» para cumplir con sus preferencias personales y tener en cuenta su tolerancia.
Dado que el intestino es tan adaptable, parece prudente incluir el entrenamiento con alto consumo de carbohidratos en la rutina semanal y regularmente ingerir carbohidratos durante el ejercicio. Con estas estrategias, el intestino puede ser entrenado para absorber y oxidar más carbohidratos. Lo que a su vez, debería resultar en menos angustia gastrointestinal y mejor rendimiento.
Referencias:
- Jeukendrup AE. Nutrition and endurance sports: running, cycling, triathlon. J Sports Sci. 2011;29:S91–9.
- de Oliveira EP, Burini RC, Jeukendrup A. Gastrointestinal complaints during exercise: prevalence, etiology, and nutritional recommendations. Sports Med. 2014;44:S79–85.
- Jeukendrup AE, McLaughlin J. Carbohydrate ingestion during exercise: effects on performance, training adaptations and train- ability of the gut. Nestle Nutr Inst Workshop Ser. 2011;69:1–12 discussion 3–7.
- Cox GR, Clark SA, Cox AJ, et al. Daily training with high car- bohydrate availability increases exogenous carbohydrate oxida- tion during endurance cycling. J Appl Physiol. 2010;109:126–34