Efectos cardiovasculares protectores del chocolate
En la composición del chocolate destaca la elevada cantidad de polifenoles (principalmente flavonoides). Estos, se encuentra en mayor concentración que en otros alimentos.
En la última década se han llevado a cabo diversos estudios clínicos y epidemiológicos en humanos relacionados con el consumo de chocolate. Como por ejemplo, the Stockholm Heart Epidemiology Program, el estudio retrospectivo más reciente publicado hasta la fecha. Una cohorte de 1169 pacientes que habían padecido infarto agudo de miocardio. Como resultado, se les hizo un seguimiento durante 8 años. Además, se relaciona de manera dosis-dependiente el consumo de chocolate con la reducción de la mortalidad coronaria.
Actividad antioxidante
Los flavonoides del chocolate tienen una significativa actividad antioxidante, pudiendo proteger los tejidos del estrés oxidativo. Los estudios de intervención realizados, muestran una disminución de la oxidabilidad de las lipoproteínas de baja densidad (LDL) séricas y un aumento de la capacidad antioxidante del plasma.
Efecto sobre la función plaquetaria e inflamación
Los flavonoides del cacao han mostrado tener efecto modulador sobre la función plaquetaria. Estos reducen el riesgo de formación de trombos. El mecanismo de acción de los flavanoles ocurriría a nivel de la activación plaquetaria.
Murphy y cols. confirman el efecto beneficioso del chocolate sobre la función plaquetaria. Es decir, una reducción de la agregación, una disminución del volumen plaquetario y una reducción de la desgranulación de las plaquetas tras el consumo de chocolate negro.
Efecto en la presión arterial
El consumo de chocolate se relaciona con la disminución de la presión arterial y la vasodilatación periférica. Sobre todo, se ha detectado una reducción de la presión arterial sistólica hasta 4,1 mm Hg y presión arterial diastólica entre 1,8 y 8,5 mm Hg consumiendo 100 g de chocolate negro durante 2 semanas en personas sanas o ligeramente hipertensas.
Se ha observado que, para obtener resultados significativos en la disminución de la presión arterial, el consumo de chocolate tendría que ser crónico. Por lo tanto, bastaría con 6,3-10 g diarios, o bien agudo, 20-100 g durante 15 días. Sin embargo, el consumo de chocolate blanco no presentaría dichos efectos.
Futuras líneas de investigación
Otros componentes bioactivos presentes en el chocolate, como las metilxantinas, han sido estudiados en menor medida. Del mismo modo, algunos autores creen que se deberían tener en cuenta en la interpretación de los efectos del chocolate sobre el sistema cardiovascular.
Por otro lado, merecen especial atención los ácidos grasos constituyentes. Como el ácido esteárico, que es considerado neutro por sus efectos sobre colesterol total y colesterol LDL.
En una revisión sobre el chocolate señalan la relación del ácido esteárico con enfermedad cardiovascular y concluyeron que, aunque los estudios epidemiológicos no han dado respuesta a la relación entre ambos, existen evidencias de sus efectos beneficiosos en la salud cardiovascular, siendo necesarios nuevos estudios.
Finalmente, el estudio de interacciones entre los componentes del chocolate sería de gran interés, puesto que éstas podrían modular la biodisponibilidad de estos y posiblemente sus efectos biológicos y en salud.
El objetivo final de las futuras investigaciones sobre cacao o chocolate será hacer recomendaciones nutricionales considerando dosis óptimas de dicho alimento para cada individuo con objeto de disminuir de manera eficaz el riesgo futuro de enfermedad cardiovascular.
Fuente
M. Gómez-Juaristi, L. González-Torres, L. Bravo, M. P. Vaquero, S. Bastida y F. J. Sánchez-Muniz (2018) Efectos beneficiosos del chocolate en la salud cardiovascular. Nutr. Hosp. vol.26 no.2 Madrid mar./abr. 2011. ISSN 1699-5198