Beneficios cognitivos del omega-3. Protege el cerebro y favorece la actividad neuronal.
Científicos de la Universidad de Ilinois constatan los poderosos beneficios cognitivos del omega-3 a través del uso de la neuroimagen. Se trata de un estudio donde se identifican nutrientes clave.
Antecedentes
Existen multitud de estudios sobre los beneficios de la ingesta de omega-3 en dieta. Mayoritariamente, relacionan resultados de cuestionarios de consumo de omega 3 con la prevalencia de enfermedades como alzheimer o demencia.
¿Qué novedades supone este nuevo estudio?
En este estudio se mide la concentración de determinados nutrientes en la sangre que llega al cerebro. El objetivo es averiguar su impacto en la conexión neuronal y la capacidad cognitiva.
De este modo, aborda el tema de un modo más directo. El resultado son nuevas evidencias que refuerzan la idoneidad de los ácidos grasos para la salud del cerebro.
Objetivo del estudio
El objetivo es saber qué nutrientes necesitamos ingerir para retrasar la degeneración cerebral conforme la edad avanza.
La mayor esperanza de vida plantea uno de los grandes retos de la nutrición y la medicina. Nos referimos a identificar cuáles son los mejores alimentos para nuestro cerebro y cómo funcionan.
Se trata de un doble objetivo: mejorar la calidad de vida y reducir el coste sanitario. Por un lado, al prevenir la degeneración cognitiva, aumentaría la calidad de vida. Por otro, al haber menos personas dependientes se generaría un menor coste sanitario.
Metodología del estudio sobre los beneficios cognitivos de ciertos grupos de nutrientes.
Mediante escáner, se identifica cuando la sangre transporta determinados niveles de ácidos grasos omega 3, vitaminas y aminoácidos. Marcadores de la sangre que delatan las conexiones cerebrales en reposo, la activación de diferentes áreas de la materia gris cercanas entre sí, que sirven para lograr una mayor eficiencia cognitiva. Así es como los investigadores descifran qué nutrientes mejoran la eficiencia de nuestras propias redes de datos: las que usamos para acceder a nuestra memoria, conocimientos y procesos que nos permiten resolver problemas y realizar tareas. Después, lo comprueban cruzando los datos con diferentes tests de inteligencia y cognitivos.
Estudian en un centenar de ancianos sanos sin degeneración cognitiva, los niveles de los nutrientes beneficiosos habituales: aquellos que en multitud de estudios epidemiológicos han arrojado evidencia científica sobre sus beneficios, es decir, los ácidos omega 3, los omega 6, los caretonoides, el licopeno y otros, presentes en alimentos como el salmón y la trucha, las nueces, verduras crucíferas. Alimentos que los propios investigadores asocian en su estudio a los que contiene la dieta mediterránea. Los niveles en sangre sirvieron como método de análisis para dos pruebas distintas: la primera medía a través de técnicas avanzadas de neuroimagen la eficiencia de las redes neuronales en siete áreas del cerebro, mientras que la segunda se trataba de una combinación de tres tipos de test cognitivos y de inteligencia.
Resultados y conclusiones
El resultado de las imágenes de la resonancia magnética cerebral arrojaron que cuanto más elevados eran los niveles en sangre de los omega 3 y los omega 6, mayor era la conexión neuronal y la actividad de las áreas estudiadas.
Además de la información obtenida en las resonancias, según los tests de inteligencia y cognitivos, los mejores resultados se dieron también cuando la sangre transportaba una mayor cantidad de omega 3 y 6, riboflavina, folato, vitamina B12 y vitamina D, licopeno y caretonoides.
Todo el trabajo se basa en la acción de una combinación de nutrientes, no de uno a uno de forma aislada, tal y como explicó Zwilling: “Debido a que estamos investigando cómo los grupos de nutrientes trabajan juntos, obtenemos una imagen más precisa de cómo el cuerpo los procesa y cómo pueden afectar el cerebro y la salud cognitiva». Los resultados son prometedores, ya que se llevó a cabo un seguimiento con la mitad de los participantes, dos años después, en el que se sometieron de nuevo a las pruebas obteniendo los mismos resultados.
Fuentes
NeuroImage. Volume 188, March 2019, Pages 239-251. Nutrient biomarker patterns, cognitive function, and fMRI measures of network efficiency in the aging brain