Uno de los grandes problemas de nuestra sociedad que se relaciona como factor clave en la aparición de enfermedades no transmisibles es el sobrepeso. Cada vez nos fijamos más en el número de la báscula y nos preocupa más nuestra imagen.
Falsas promesas
A veces acudimos a personas o productos que nos prometen una bajada rápida de peso en pocos días para llegar antes a nuestro objetivo y, esto no es ni mucho menos lo más recomendado. Antes de nada, decir que estos métodos de reducción rápida de peso consumiendo productos «especiales para ello», o llevando a cabo una alimentación muy restrictiva; es una forma de llegar al objetivo irreal y no trasladable a mantenerlo durante mucho tiempo. No generas un hábito, por lo que una vez que dejes esos productos o ese estilo de vida restrictivo, volverás a la situación inicial rápidamente.
Peso adecuado
Además, que tengas un peso “adecuado”, no quiere decir que goces de buena salud, ya que no solamente es adelgazar, si no que, los alimentos que ingieres intervienen positivamente o negativamente en tu estado de salud. Que el número de la báscula vaya disminuyendo no siempre quiere decir que estemos haciéndolo bien, y es que, en este caso tenemos que diferenciar dos componentes del cuerpo, el tejido graso y el tejido muscular. Si esa bajada de peso no está acompañada de ejercicio físico completo, puede ser que estemos perdiendo mucha masa muscular, y esto no es para nada saludable.
Composición corporal
El peso es un número que nos sirve para orientarnos, pero, no siempre es necesario reducir ese número para ganar en salud. Lo que se debe de buscar en un cambio en la composición corporal, lo importante de verdad es reducir el porcentaje de masa grasa y aumentar la cantidad de masa muscular.
Valorar los cambios
Estos datos se pueden medir a partir de diferentes formas como son los pliegues corporales, básculas de bioimpedancia, tomar tablas de datos como referencia… Pero esto no es la solución, ya que hará que sigamos obsesionados con los números. Lo mejor es ir valorando tú mismo el avance que vas teniendo, ya sea en la ropa, mirándote al espejo, mejorando tu capacidad de aguante realizando actividad física, notar mejoría en el aspecto psicológico… Estos son los cambios que de verdad importan y, no los que tú ves según el número que nos salga en la báscula, o los resultados de los pliegues corporales.
Peso no varía
Existen ocasiones y sobre todo en personas desentrenadas que empiezan a cuidarse mediante la alimentación y el ejercicio físico, que en las primeras semanas, incluso meses, te mantengas en el mismo peso, incluso pueda ser que aumente ese número que sale en la báscula. ¿Por qué pasa esto si estoy cuidando más la alimentación y he empezado a hacer deporte? La razón por la que pasa esto es debido al aumento de la masa muscular y a la reducción del componente graso. El aumento de uno y la reducción del otro hace que el peso se estabilice, esto es un claro ejemplo de mejoría, aunque por desgracia, esta gran ventaja no suele mantenerse durante mucho tiempo.