Cada vez nos fijamos más en los alimentos que compramos, poco a poco va creciendo la tendencia de cuidar nuestra alimentación, y un factor clave es la hora de la compra. La publicidad, los envases, llaman nuestra atención y muchas veces caemos en la tentación. A veces nos “engañan” afirmando cosas que nos son del todo ciertas, pero, donde no nos pueden engañar es en la lista de ingredientes y en la tabla del valor nutricional del producto.
Debemos priorizar
Lo más importante, y que debemos tener en cuenta es, que muchas veces los alimentos que se venden a granel (sin envasar) suelen ser alimentos frescos que no están procesados. Estos alimentos entrarían dentro de la categoría saludable (aunque hay algunas excepciones). Por lo que ya de primera mano, intentar priorizar siempre alimentos frescos y de temporada que no se vendan envasados. Estos alimentos son frutas, verduras, hortalizas, carnes, pescados, huevos… Los alimentos mínimamente procesados, como pueden ser las verduras, carne o pescado congelado, también serían de primera elección para una compra saludable.
Lista de ingredientes
Si el alimento está envasado podemos consultar la etiqueta. Lo primero que debemos hacer es fijarnos directamente en la lista de ingredientes. Un truco muy fácil es mirar la cantidad de ingredientes que trae ese producto, si son muchos, ya nos está dando pistas de que probablemente ese alimento no sea saludable. Pero debemos de ir más allá, es importante saber que, en la lista de ingredientes, cada uno de los mismos es ordenado de manera decreciente, con referencia a su presencia en el alimento; es decir, cuanta más cantidad de ese ingrediente haya en el producto, primero saldrá en la lista. Por lo que, si estamos comprando, por ejemplo, un jamón cocido, debemos fijarnos en que el primer ingrediente que debe aparecer en la lista debe ser la carne. En los alimentos que solo contienen un ingrediente, es decir, el propio alimento, pueden no tener lista de ingredientes.
Tabla nutricional
Tras examinar la lista de ingredientes, observaremos la tabla nutricional. Esta tabla nos va a detallar la cantidad de los macronutrientes (proteínas, grasa, de las cuales saturadas e hidratos de carbono, de los cuales azúcares), de la sal, y de la energía que nos aporta el alimento. Estas cantidades hacen referencia a 100 gramos de porción comestible; en ocasiones, también podemos encontrar esta misma información, por porción comestible del alimento. Una vez observada la tabla, tenemos que poner una mayor atención en 2 ingredientes que son la sal y el azúcar. En condiciones normales, cuánto menos azúcar y menos sal contengan, más saludables van a ser. La energía que nos proporciona el alimento puede darnos también algunas pistas, pero, que un alimento sea muy calórico no quiere decir que no sea saludable, un claro ejemplo en el aceite de oliva virgen extra o cualquier fruto seco natural o tostado.
Nivel de procesamiento
Y por último, otra cosa a tener en cuenta es el nivel de procesamiento del alimento, es decir, ¿existe mucha diferencia entre la apariencia del alimento natural, y el producto que vamos comprar? esto nos puede ayudar también a tener una mejor elección. No es lo mismo consumir una pieza de fruta que un zumo de esa pieza de fruta. ¿Por qué? Ese zumo a pesar de haber sido exprimido en unas condiciones inmejorables, y al que no se le ha añadido nada, pierde gran parte del contenido; se destruye la matriz alimentaria, que se deja de lado para quedarse solo con jugo. Esa transformación y el eliminar parte del contenido hace que se pierdan muchas propiedades. Por eso, también hay que tener en cuenta el nivel de procesamiento del alimento en sí.
Estas tres premisas, son clave para poder hacer una buena elección en el supermercado y nos ayudará a identificar de una manera más fácil si un alimento es saludable.