Los lácteos no solo son uno de los grupos alimenticios preferidos por mayores y pequeños, sino que también son considerados por los expertos como un pilar fundamental de la pirámide alimenticia. Una de las principales razones, además de ser alimentos muy completos, es su cantidad y calidad de calcio y vitamina D, que no siempre están presentes en otros alimentos.
Una de las causas que puede disminuir el consumo de lácteos, es la dificultad que tienen algunas personas de digerir la lactosa. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) estima que aproximadamente el 34% de la población puede padecer molestias por déficit de lactasa.
¿Porqué se produce la intolerancia a la lactosa?
Pero, ¿por qué se produce este problema? La lactosa es el disacárido de la leche y, como todos los azúcares que consumimos, tiene que ser digerida, para que nuestro cuerpo la transforme en energía. De esta descomposición se encarga la lactasa, una enzima que genera nuestro intestino delgado y que divide la lactosa en sus dos azúcares más simples: la glucosa y la galactosa. El problema ocurre cuando el intestino no tiene la capacidad de producir la suficiente cantidad de lactasa y, por consiguiente, no digiere correctamente. Los expertos estiman que incluso en algunos casos se puede continuar ingiriendo lácteos.
Razones por las que muchas personas pueden seguir comiendo yogures
Los lácteos son la fuente principal de calcio y vitamina D por lo que, aunque las necesidades varían en función de la edad, los expertos recomiendan tomar tres raciones de leche, yogur o queso al día. Algunos supuestos de personas que piensan que son intolerantes pero no lo han consultado con su médico, tienden a reducir este tipo de alimentos. Pero no siempre es necesario.
La Asociación de Intolerantes a la Lactosa en España (Adilac) ha estimado tres niveles de sensibilidad a la lactosa, que es importante identificar, para tomar las precauciones que se necesiten en la dieta. Las personas con sensibilidad alta podrán tolerar entre uno y cuatro gramos de lactosa, aquellas con sensibilidad media entre cinco y ocho y la más baja se estima entre nueve y doce gramos.
Los expertos consultados aseguran que es muy importante tener en cuenta si hay intolerancia, ya que en gran parte de las ocasiones se trata de problemas en la digestión de la lactosa y se puede continuar con el consumo de lácteos a lo largo del día, como los yogures.
La cantidad de lactosa en los yogures es muy baja
Debido a la fermentación de la leche que provocan las bacterias, la cantidad de lactosa en estos productos es muy baja, y se postulan como una buena opción para mantener una dieta equilibrada y obtener los nutrientes necesarios para el funcionamiento adecuado de nuestro organismo. Por ello, algunas personas son capaces de asumir el consumo de cierta cantidad de lácteos al día sin notar prácticamente molestias.