Durante la infancia y la adolescencia se produce la formación de los huesos. Actuar a tiempo permite disfrutar de huesos sanos a lo largo de la vida adulta, y prevenir fracturas a una edad avanzada. Por ese motivo, los lácteos son un factor importante en la formación de nuestros huesos.
La ingesta adecuada de calcio está asociada con una mejor salud ósea; nos ayuda a fortalecer y evitar el envejecimiento prematuro de nuestros huesos. Aunque no es el único parámetro dietético, ni de estilo de vida que debemos tener en cuenta.
Alimentación saludable y equilibrada para la formación de nuestros huesos
Es importante llevar una alimentación saludable y equilibrada, que aporte el máximo de los nutrientes necesarios para una buena salud.
Los lácteos aportan cerca de la mitad de la ingesta de calcio en la población española, además de ser una de las principales fuentes de vitamina A y vitamina D en nuestra dieta. Se estima que cerca del 80% de la población española no alcanza la ingesta recomendada de calcio (1.000 mg al día). En el estudio ANIBES se encontró que la ingesta media de calcio era de cerca de 700 mg al día, nivel inferior al recomendado.
El calcio es importante, pero no el único factor que va a hacer que tengamos una buena salud ósea.
La vitamina D participa en la absorción intestinal del calcio y en el mantenimiento de niveles adecuados en la circulación. Pero también es importante la vitamina K para la regulación del funcionamiento de la osteocalcina, una proteína que interviene en la mineralización del hueso. El magnesio es otro mineral aliado de la salud ósea, ya que participa en la regulación del metabolismo de la vitamina D, además de en la absorción del calcio y en la correcta deposición de su absorción en el hueso a través de la calcitonina.
Otro aspecto muy importante es la ingesta de proteína, especialmente en personas de edad avanzada, donde se ha comprobado que dietas insuficientes en este nutriente repercuten de forma negativa en la salud ósea.
Por último, un elemento fundamental para la salud ósea es: la actividad física.
La actividad física es esencial para estimular el mantenimiento de la masa ósea. Se recomiendan ejercicios como: correr suavemente, saltar a la comba o caminar ligero.