Los nutrientes ingeridos son el combustible necesario para llevar a cabo la actividad deportiva por lo que el tipo y cantidad de nutrientes consumidos condicionarán en parte la resistencia del deportista. La leche y los productos lácteos contienen, entre otros nutrientes:
- Azúcares, que incrementan notablemente las reservas energéticas.
- Grasas, que permiten aumentar la resistencia en ejercicios intensos.
- Proteínas, que incrementan la captación de azúcares, con lo que se incrementa aún más la reserva energética.
La ingesta de estos nutrientes en forma de productos lácteos tiene como resultado final un aumento de la resistencia muscular en los deportistas.
Lácteos y deporte: Recuperación tras el ejercicio
Más allá de la deshidratación, los dos efectos principales tras la realización de ejercicio son el descenso de los niveles de glucógeno (azúcar) y la rotura de fibras musculares como consecuencia del ejercicio realizado.
Cuando se practica ejercicio físico se consume glucógeno muscular, por lo que es necesario reponerlo tomando mayores cantidades de hidratos de carbono. Los productos lácteos presentan gran cantidad de estos hidratos, entre ellos la lactosa.
También contienen proteínas que proporcionan los aminoácidos necesarios para la síntesis de las fibras musculares. Tras un ejercicio de resistencia, es importante el aporte de proteínas de digestión rápida, que estimulan la síntesis proteica en el músculo, y proteínas de digestión lenta, que reducen el proceso de la degradación proteica en el músculo. Ambos tipos de proteínas pueden encontrarse en la leche.
Para la recuperación muscular también son importantes las sales minerales, presentes en los productos lácteos.
Lácteos y deporte: incremento de la masa muscular y pérdida de grasa
Los principales objetivos de la práctica deportiva son el aumento de la masa muscular y la pérdida de grasa. Para conseguir el aumento de la masa muscular, los deportistas suelen utilizar dietas ricas en proteínas, necesarias para la síntesis de fibras musculares. Los productos lácteos aportan también proteínas, lo que contribuye al aumento de masa muscular, ya de por sí estimulado por el ejercicio.
De la misma forma, se ha observado que el consumo de leche, unido a la actividad física regular, favorece la pérdida de grasa.