Los lácteos son alimentos de alta densidad nutricional en el marco de una alimentación variada, equilibrada y sostenible. Son alimentos indicadores de buena calidad en la alimentación.
Principalmente, aportan minerales como calcio, fosforo, magnesio y zinc, vitaminas A y D, hidratos de carbono, grasas y proteínas de alto valor biológico y digestibilidad. Eso les convierte en productos base de la alimentación humana, y su consumo de forma moderada está asociada con beneficios en nuestra salud; como es la mejora de la densidad mineral ósea, el control del peso corporal, la disminución de la tensión arterial, etc.
La importancia de los lácteos no se limita solo a su valor nutricional y a los beneficios que nos aportan, sino además son productos con un alto contenido de agua, y pueden ser clave para conseguir una buena hidratación.
Necesidades diarias de agua
Alcanzar las recomendaciones de ingesta de agua diariamente es un hábito muy importante para nuestra salud, ya que nuestro cuerpo contiene, aproximadamente, entre un 60-75% de agua. El agua es un elemento clave en muchas funciones de nuestro organismo, entre ellos está el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo.
Autoridades y directrices alimentarias establecen como una ingesta recomendada de agua de 2 litros para las mujeres y 2,5 litros para los hombres. Una falta de la misma puede llevar a una deshidratación, una amenaza para el buen funcionamiento y bienestar de nuestro organismo. La deshidratación es un fenómeno que se incrementa durante el verano, por el aumento de las temperaturas, la exposición al sol y los cambios del estilo de vida. Adicionalmente, un factor donde localizamos más a menudo la deshidratación es durante y después de la actividad física.
¿Cuánta agua nos aportan los lácteos?
Una deshidratación mayor del 2% de la masa corporal está asociada con una menor memoria a corto plazo y menor capacidad de atención. En relación con el estado de ánimo, una menor ingesta, se asocia con un empeoramiento del humor, menor felicidad y satisfacción. Por eso es importante asegurar una hidratación optima y aún más después de haber realizado ejercicio físico.
En este marco, los lácteos son alimentos con un elevado contenido en agua. Su aporte es aproximadamente de un 40-90%. Así, la leche contiene, como máximo, un 90% de agua; los yogures y derivados lácteos, alrededor de un 85 % y los quesos tienen un contenido máximo del 60%, en función de su estado de maduración.
Eso significa que dos raciones de lácteos al día pueden llegar a cubrir hasta un 25% de nuestras necesidades hídricas diarias. Los lácteos pueden ser una opción clave para asegurar la ingesta necesaria de agua.