En el proceso de elaboración de la leche sin lactosa se añade lactasa para romper la lactosa en sus dos azucares más sencillos, como son la glucosa y la galactosa. De esta manera puede ser digerida por aquellas personas intolerantes a la lactosa.
¿Qué es la lactosa y cómo afecta a la digestión?
La lactosa es un disacárido formado por la unión de dos azúcares: la glucosa y la galactosa. Nuestro cuerpo no es capaz de procesar este disacárido por sí solo. Por eso, para digerir la leche nuestro producimos una enzima que se llama lactasa. Su función es dividir la lactosa en los dos monosacáridos que la componen (glucosa y galactosa).
La lactasa se produce en el intestino delgado y se sintetiza durante la infancia. Todos los mamíferos la producen para poder procesar la leche materna pero deja de ser necesaria al dejar la lactancia. En el caso de los humanos, gran parte de la población ha evolucionado para poder seguir produciendo esta enzima durante la etapa adulta. De todos modos, sigue existiendo un gran porcentaje de personas (un 30% aproximadamente en el caso de España) que deja de procesar la lactosa a partir de cierta edad (más o menos a los 3 años).
Las personas que presentan una intolerancia a la lactosa tienen un déficit de lactasa. En estos casos, el cuerpo no es capaz de dividir el disacárido durante la digestión y no lo puede absorber. Por eso los intolerantes acumulan lactosa en el intestino y es entonces cuando aparecen molestias como cólicos, gases o diarrea.
Entonces, ¿la leche sin lactosa tiene calcio?
Sí, la leche sin lactosa contiene calcio, al igual que la leche normal. El calcio es un mineral importante para la salud de nuestros huesos y dientes, y es necesario para muchas otras funciones del cuerpo.
En esencia la leche sin lactosa contiene los mismos niveles de minerales y vitaminas que la leche con lactosa. No olvidemos que, en esencia, tienen la misma composición, la diferencia es que los azúcares en vez de estar en forma de lactosa, están en forma libre. Por lo tanto, la leche sin lactosa es igual de efectiva para prevenir la osteoporosis.
Como comentábamos al principio, a la leche sin lactosa no se le elimina la lactosa, sino que se le añade lactasa para forzar la separación de glucosa y galactosa.. De este modo, los intolerantes a la lactosa que opten por consumir productos lácteos “sin” conseguirán el mismo aporte de calcio que un consumidor que tome de forma regular productos “con”.
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¿Cómo asegurar la absorción del calcio?
Normalmente nuestro cuerpo solo absorbe entre un 30% y un 40% del calcio que consumimos. La vitamina D es imprescindible para que nuestro organismo absorba el calcio, sin esta vitamina nuestro organismo no es capaz de producir la suficiente cantidad de la hormona Calcitriol y el cuerpo no absorbe correctamente el calcio de los alimentos.
La vitamina D se puede obtener mediante la exposición solar o la ingestión de ciertos alimentos. La primera muchas veces no es una opción, sobre todo en regiones en las que el clima no lo permite. Por eso es necesario cuidar la alimentación y asegurarnos de que estamos consumiendo la cantidad recomendada tanto de calcio como de vitamina D.
Esta ingesta de calcio es especialmente importante llegados a determinada edad ya que a partir de los 40-50 años la masa ósea comienza a reducirse y pueden aparecer problemas como la osteoporosis.
Desde Central Lechera Asturiana hemos pensado en esta franja de edad a la hora de lanzar al mercado la leche Suprema: leche desnatada, sin lactosa, rica en calcio y vitamina D. Esta leche te aporta todo lo que necesitas a partir de los 50. Es baja en grasas pero tiene un alto contenido proteico, vitamina D y calcio.
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