La importancia de los lácteos en la infancia y los beneficios que aportan

La alimentación es uno de los factores más importantes que contribuye al correcto crecimiento y desarrollo de los niños. Durante la etapa de la infancia se forma la base de los hábitos alimentarios, y en este sentido, unos hábitos adecuados en la alimentación y en el estilo de vida contribuyen de forma positiva a la salud física e intelectual.

Las guías nutricionales incorporan los lácteos como parte de una alimentación equilibrada y saludable. Esto es debido a su elevada densidad nutricional, ya que aportan proteínas de alto valor biológico, hidratos de carbono, fundamentalmente, en forma de lactosa, además de grasa, vitaminas, principalmente, liposolubles A y D, y minerales como calcio, magnesio, fósforo y zinc. Además, la grasa de los productos lácteos tiene importantes funciones biológicas como, por ejemplo, vehicular las vitaminas liposolubles (A, D, E y K).

Todos esos nutrientes son fundamentales para el correcto crecimiento y desarrollo de los niños. En concreto, el calcio y la proteína que aportan los lácteos favorecen un óptimo crecimiento y mantenimiento óseo y el desarrollo muscular. Un aporte adecuado del calcio resulta fundamental para alcanzar el pico óptimo de la masa ósea y más adelante para enlentecer su pérdida durante el envejecimiento.

Los lácteos son una excelente fuente de calcio, y más que el crecimiento óseo, este está involucrado en más funciones básicas del organismo como es el control metabólico y la mejor absorción de nutrientes, como es el caso de la vitamina D, o algunos aminoácidos como la leucina, que contribuye a la regulación del peso corporal.

También existen más componentes, como es el ácido linoleico conjugado, o los lípidos que están asociados con beneficios en el desarrollo del sistema nervioso, un aumento del metabolismo energético y la reducción de la masa de tejido adiposo. Algunos lípidos de la grasa de los lácteos son principales componentes de las membranas de las células del sistema nervioso, favorecen la llegada de los impulsos nerviosos, atenúan los efectos degenerativos neuronales de la edad y poseen actividad antimicrobiana. Adicionalmente, contiene ácidos grasos de cadena corta como es el ácido butírico, que consiste en la principal fuente de energía intestinal de las vellosidades, y está asociada con una actividad antinflamatoria y antimicrobiana que promueve la salud y la integridad intestinal, beneficiando la realización de muchos procesos fisiológicos del organismo.

Bibliografía:

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