La leche y los productos lácteos es uno de los grupos de alimentos que más han sufrido habladurías y mitos en torno a su consumo. A continuación te mostramos algunos de los más comunes, con su posterior argumento.
“Somos los únicos mamíferos que consumimos leche después de la lactancia materna.”
A diferencia de otros mamíferos, en la evolución del hombre los europeos sufrieron un cambio genético que les convirtió en tolerantes a la lactosa. Si la tolerancia a la lactosa hubiera tenido efectos negativos, esta modificación genética no hubiera persistido a lo largo de la evolución del hombre.
“Si se quiere bajar peso se debe dejar de consumir leche y derivados.”
Al contrario, el calcio presenta un efecto sobre las células del tejido adiposo aumentando la pérdida de grasa. Además, la leche contiene péptidos bioactivos que crean sensación de saciedad.
“El consumo de leche puede provocar diabetes tipo 2.”
La leche es uno de los alimentos con un índice glucémico más bajo. Los estudios epidemiológicos demuestran que el riesgo de padecer diabetes tipo 2 es un 67% menor en los individuos que consumen leche y sus derivados, respecto a los que consumen poca o no la consumen.
“La leche es responsable de gran parte de las alergias alimentarias.”
Es cierto que la proteína de la leche puede causar alergias. El mito es la sobredimensión del diagnóstico, basado en la percepción y el autodiagnóstico.