Aproximadamente un 1% de los componentes de la leche son minerales. Es por ello por lo que son una fuente importante a la hora de asegurar la correcta ingesta de minerales en la alimentación.
En la leche de vaca existen cantidades significativas de fósforo, cinc, sodio y potasio, así como de yodo, selenio y cromo. No obstante, es el contenido en calcio el que convierte a la leche y sus derivados en la fuente principal de este mineral para los humanos. Dicho mineral es imprescindible para la vida, y condicionante fundamental para el estado de salud. Una ingesta suficiente de calcio desde las primeras etapas de la vida favorece la salud ósea y dental. Así mismo, se ha visto que ejerce efecto protector sobre osteoporosis e hipertensión. También se relacionada con un mejor control de peso.
Dos vasos (250 ml/vaso) diarios de leche cubren entre el 60% y el 68% de las necesidades de calcio y fósforo en un adulto joven.