Alimento básico y equilibrado
La leche se considera un alimento básico y equilibrado, que proporciona un elevado contenido de nutrientes en relación con el contenido calórico; es decir, una excelente densidad nutricional, lo que es de especial importancia en grupos vulnerables de la población, como el caso de la población mayor o en las etapas de crecimiento exponencial rápido y anabólico. En definitiva, puede y debe considerarse un alimento transversal.
En la composición nutricional media de un vaso de leche, el calcio brilla con especial relevancia. Sobre su importancia en nuestra salud cabe recordar que es el principal mineral que participa, además de en la integridad estructural de los huesos y de los dientes, en numerosos procesos metabólicos que ocurren en todas las células del organismo: en la transmisión del impulso nervioso, la excitabilidad neuronal y la formación de neurotransmisores; para el adecuado funcionamiento del músculo cardíaco, el mantenimiento del tono del músculo esquelético y la contracción del músculo liso o en los procesos de coagulación sanguínea.
No hay duda de que la principal fuente de calcio en la alimentación occidental es la leche y sus derivados (más del 50% del total en España, situándose a gran distancia el siguiente grupo, el pescado, con algo más del 10%), destacando tanto por su contenido como por su elevada biodisponibilidad; en definitiva, la utilización “real” por parte de nuestro organismo.
Debemos incorporar y mantener los lácteos en nuestra dieta
Un porcentaje importante de la población española no alcanza las recomendaciones de ingesta de calcio, pero tampoco de otros nutrientes como la vitamina D o el magnesio, presentes en la leche y derivados.