El papel beneficioso de la leche y los derivados lácteos en el control del peso se ha relacionado con su contenido en calcio, tipo de proteína y presencia sustancial de determinados aminoácidos o ácidos grasos.
Participación del calcio en el balance energético
Los mecanismos propuestos para explicar la participación del calcio aportado por la leche en el balance energético incluyen la formación de esteres con los ácidos grasos, con lo que se reduce la biodisponibilidad y absorción de lípidos, así como acciones indirectas sobre la trigliceridemia postprandial junto con efectos sobre la lipólisis y la oxidación de grasa en los adipocitos mediados por la vitamina D y la parathormona.
Calcio y metabolismo lipídico
Por otra parte, la baja ingesta de calcio en la dieta se ha relacionado con una estimulación de la lipogénesis y una reducción de la lipólisis asociadas a cambios en flujo intracelular de calcio, mientras que dietas con mayor contenido en calcio promueven la termogénesis y reducen la adiposidad en modelos humanos y animales.
Es posible que el calcio contenido en la leche contribuya al aumento del gasto energético, la termogénesis y la pérdida de grasa por las heces.
Otro tanto ocurre con el contenido en ácido linoleico conjugado (CLA) y la pérdida de masa grasa, efecto bien demostrado en animales de experimentación.