Los productos lácteos son una buena herramienta para cubrir las necesidades energéticas, nutricionales y de hidratación para las personas que practican deporte, ya sea de fondo o de fuerza. Aportan proteínas, hidratos de carbono, calcio y vitaminas. Por lo tanto, son un complemento importante en la dieta de cualquier deportista.
La disminución del daño muscular
Durante la práctica deportiva puede producirse la rotura de fibras musculares. El consumo de lácteos permite atenuar dichas lesiones, contribuyendo a la síntesis de nuevas fibras musculares. Se ha observado que la ingesta de productos lácteos limita los efectos del daño muscular inducido por el ejercicio. El calcio, por ejemplo, está implicado en la transmisión nerviosa y la contracción muscular. En los atletas, la ingesta inadecuada de calcio puede también favorecer los calambres.