La sandía, al igual que el melón, es una de nuestras frutas favoritas del verano. Sin duda, esta fruta es muy agradecida, especialmente en los meses más calurosos. ¿El motivo? La gran cantidad de agua con la que cuenta, haciendo de ella una de las frutas más refrescantes que existen y, en sorbete, ¡mucho mejor!
Esta receta de sorbete de sandía es ideal como postre, aunque será difícil resistirse a ella en una noche de verano después de la cena. Asimismo, es perfecto para introducir una nueva fruta como la sandía a los más pequeños del hogar, a través de un plato que les resulta más fácil y atractivo que la propia fruta en sí.
Para comenzar esta receta tan sencilla de sorbete de sandía, aprovechamos para exprimir el zumo de nuestro pomelo.
En una batidora americana, ponemos todos los ingredientes y batimos durante al menos 1 minuto para que se integren bien.
Con los azúcares naturalmente presentes en la fruta es suficiente, aunque puedes aprovechar este momento para endulzarlo al gusto como quieras.
Una vez todos los ingredientes se hayan integrado bien, volcamos la mezcla de manera homogénea en un recipiente.
¡Es hora de llevar nuestra mezcla al congelador! Es necesario que lo dejes al menos unas 3-4 horas para conseguir esa textura y efecto refrescante que buscamos.
Para servir, acompañamos el sorbete de sandía con una hojita de hierbabuena.
Aunque tendemos a dejar nuestras elaboraciones en el congelador y olvidarnos de ellas, con el sorbete ocurre algo curioso. Mientras comienza a solidificarse la mezcla, prueba a ir removiendo de vez en cuando y verás cómo el sorbete va adquiriendo esa textura tan característica.
Quitar las pepitas de nuestra sandía (en el caso de que las tenga) será un paso intermedio que quizás, por 5 minutos, marque la diferencia en el resultado final, ya que el sorbete de sandía... ¡Mejor sin pepitas!
Mañana, tarde o noche, prueba a hacer sorbete con las frutas de temporada o con tus favoritas. Es una receta fresca, rica y, ¡se hace en un pispás!
