Según la OMS, la mayor parte de la población vive en países donde la obesidad mata a más personas que la insuficiencia ponderal. La obesidad ha crecido mucho, desde 1975 se ha triplicado en la población general. Esto es un grave problema en la sociedad actual y, cada vez, se desarrollan más acciones o mecanismos puestos en marcha para combatir o prevenir esta enfermedad.
La obesidad es el aumento de grasa corporal que puede originar problemas para la salud, existen varias formas de medir ese aumento de grasa, desde la utilización de básculas de bioimpedancia hasta la toma de pliegues.
¿Qué causa la obesidad?
Científicamente se basa en un balance energético, la energía en exceso que ingiere una persona no se pierde, si no que se almacena en el cuerpo para poder utilizarla en un futuro.
Para llegar a ese superávit energético existen muchas maneras como, por ejemplo, la ingesta excesiva de alimentos hipercalóricos y muy poco saciantes, como es el caso de la mayoría de alimentos ultraprocesados. Otra forma de llegar a este exceso energético es reduciendo la actividad física sin disminuir la ingesta habitual.
Muchos factores externos pueden condicionar nuestro estilo de vida. Llevar una alimentación acorde a nuestras necesidades nutricionales es clave para tener un balance energético correcto. Por ello, se han analizado muchos grupos de alimentos para saber qué relación podrían tener con la aparición de esta enfermedad. Los lácteos son uno de ellos. Existe mucha diversidad, donde varia mucho su aporte calórico o su nivel de saciedad. De forma general, se hizo una revisión donde se analizaron varios estudios que evaluaban el papel de éstos en la aparición de la obesidad o sobrepeso. Se pudo observar una relación inversa entre el consumo de lácteos y la aparición de sobrepeso u obesidad.
En otro estudio, se examinaron por separado varios tipos de lácteos como la leche, yogur y quesos bajos en grasa. Los resultados fueron iguales a la anterior publicación destacando una asociación inversa mayor en el consumo de yogur.
Como conclusión, se puede afirmar que en una alimentación correcta donde estén presentes los lácteos, éstos no van a contribuir al aumento de grasa corporal.