Si eres amante del queso, estás de enhorabuena. En los últimos años, diversos estudios científicos han observado que la grasa procedente de productos lácteos, consumidos dentro de las cantidades recomendadas, está asociada a niveles de colesterol en suero favorables en personas sanas y con unos estilos de vida saludables.
Las investigaciones de Arne Astrup, director del departamento de Nutrición, Ejercicio y Deporte de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, muestran que las miles de moléculas que forman el queso lo convierten en un aliado clave para cuidar de la salud
De este modo, las evidencias científicas no dejan de proporcionarnos razones para incluir queso en nuestra dieta y llevar así un estilo de vida saludable.
Motivos por los que comer queso
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Nutrientes del queso
El queso es rico en proteínas, calcio y vitamina B12. Contiene casi tanta proteína como grasa que el cuerpo utiliza para construir estructuras celulares. También contiene gran cantidad de calcio:
Unos 200 mg por cada 28 g en queso tipo Cheddar, y alrededor del 20% de la cantidad diaria recomendada para un adulto. El queso es uno de los pocos alimentos que contienen vitamina D de forma natural. Además, la vitamina B12 nos ayuda a la formación de los glóbulos rojos en la sangre y al mantenimiento del sistema nervioso central.
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Prevención de enfermedades cardiovasculares
En 2016, el Journal of the American Heart Association, publicó un artículo que relacionaba el queso con una mejora de la salud cardiovascular. La publicación sostiene concretamente que comer unos 28 g de queso al día guarda relación con un 3% menos de riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular. Estudios de este tipo han demostrado que el queso incluso reduce los niveles de colesterol LDL, el llamado colesterol malo
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Componente antiinflamatorio
En el proceso de fermentación y envejecimiento de los quesos curados y azules, sobre todo, se forman sustancias que inhiben los principales marcadores inflamatorios. En los quesos enmohecidos, como el Roquefort o el Cabrales, los hongos producen sustancias que inhiben la síntesis de colesterol y tienen propiedades antibacterianas.
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No aumenta el riesgo de hipertensión
Estudios recientes desmienten que el queso produzca riesgo de hipertensión. Es más, su alto contenido de sodio puede no ser tan malo. Un análisis de diversos estudios concluyó que por muy salado que sea, el queso no se relacionó con la hipertensión. Los científicos todavía están tratando de averiguar exactamente cómo puede ser esto: «Hay mucha magia en la matriz alimenticia del queso, y los otros componentes e ingredientes del queso son mucho más importantes que las grasas saturadas y el sodio». Además, subraya que el calcio parece desempeñar un papel protector al unir algunos de los ácidos grasos del queso para que no puedan ser digeridos.
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Favorece la salud intestinal
El queso es un derivado lácteo fermentado y por ello contiene un elevado número de bacterias beneficiosas. Algunas evidencias sugieren que comer queso favorece a nuestra microbiota intestinal.
Podemos decir, que los quesos son sin duda productos con numerosos beneficios para nuestra salud. Existe una amplia variedad de quesos asturianos destinada a cada grupo de consumidores, sin olvidar los productos bajos en grasa y sal o sin lactosa, entre otros. En Central Lechera Asturiana contamos con una amplia gama de quesos como Cabrales, queso en barra y queso en lonchas donde destacamos nuestro delicioso queso sin lactosa.
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